Soledad Morillo Belloso: Todo llega
1945. Primavera. Un joven oficial de la Luftwaffe, prisionero de guerra de las fuerzas aliadas, camina en su celda en Bengasi, Libia. Escucha un cuchicheo, un barullo entre guardias. Se abre la puerta y le ponen una bandeja con comida. Qué no daría por unas buenas salchichas, una ensalada de papas, un pan negro y un trozo de apfel streusel. Pero en el plato solo hay unas albóndigas de cordero,
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