Alirio Pérez Lo Presti: Armando Rojas Guardia y la intemperie

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En el recientemente realizado Congreso Venezolano de Psiquiatría desarrollado en la ciudad de Caracas, tuve el privilegio de dictar la conferencia: “Armando Rojas Guardia. El dios de la Intemperie”. El interés por este escritor venezolano por parte de una comunidad científica surge de una larga relación entre psiquis y filosofía, lo cual en Rojas Guardia va más allá, por el hecho de que hay algunos elementos inseparables a la ¿transgresión? que están presentes en su obra.

Existen tres condiciones (entre otras) que destacan en el texto El dios de la intemperie, las cuales nos llevan a concluir que su obra y su persona se encuentran ligadas intrínsecamente con la labor de la psiquiatría que razona y propende a dar frutos. Estos tres elementos se hallan vinculados con lo que pudiésemos llamar la condición “marginal” (y marginada) universal del ser humano.

El primero es la enfermedad mental, percibida como condición que ubica al individuo en un plano que induce temor a “los otros”. Mezcla de miedo y compasión, que de no ser por las habilidades intelectuales o el poder económico de quien presenta una condición psicopatológica, estaría condenado al ostracismo inherente a lo sociocultural. No es la visión expuesta por Foucault en la Historia de la locura en la época clásica. Se trata de un escritor que le dedica su libro a su psiquiatra tratante, quien no sólo es un “personaje”, sino que existe una genuina amabilidad de Rojas por quien es un terapeuta reconocido con quien ha vivido la experiencia del “acompasamiento” propio del al acto médico, especialmente psicoterapéutico. Contrario a muchos textos antipsiquiatras, en esta obra Rojas muestra gentileza por el oficio de los terapeutas, siendo notable el valor y respeto que les adjudica.

Lo segundo que plantea Rojas Guardia es la condición homosexual. Elemento que sigue siendo de marginación social que ubica al individuo en un plano muchas veces de carácter paralelo que le impide mantener vínculos en común con sus pares. Debemos sacar cuentas en este punto. Sólo una minoría de la actual civilización tiene aceptación genuina por la homosexualidad. El no rechazo o repudio a la misma sólo ocurre en algunas sociedades (predominantemente las que conocemos como occidentales). Lo homosexual como elemento marginal que hace del individuo un ser que todavía es visto como diferente y casi contracultural en muchas latitudes.

Lo tercero es la condición de “poeta”, la cual es una elaboración de carácter artístico ajena a la comercialización y al “marketing”, ubicando a quien cultiva el lirismo en una posición  singular, propia de seres ¿incomprendidos? a quienes la sociedad ubica al margen, en parte por insensible, por considerarlos inútiles, pero por encima de todo porque vivimos en una comunidad básicamente ágrafa, en donde la ignorancia es casi una norma, o peor aún, un elemento necesario para el “triunfo”.

Rojas Guardia es un gran poeta y ensayista. Su obra marcha como un espejo que nos permite intentar entender elementos propios del enmarañado siglo que corre. Es un talentoso hombre de ideas que se encuentra entre nosotros, produciendo un legado de gran valor para esta y futuras generaciones. El dios de la Intemperie es un ensayo publicado por primera vez en el año 1985 reeditado por la ULA a través del destacado médico humanista Osman Gómez en 2003, existiendo ediciones más recientes.

Obra de profundo contenido filosófico, enraizada con lo más pedestre del espíritu humano. En una muestra de erudición propia de un hombre culto, Rojas muestra su profundo conocimiento filosófico expuesto de manera sencilla, lo cual es relevante, ya que con frecuencia el ensayo que induce a pensar, puede resultar de difícil lectura. En Rojas el libro se lee de un solo tirón, característica que tienen las obras escritas con pulcritud. Si un elemento consiente el anclaje que deriva en otras ideas, es el sustrato de carácter Nietzscheano que posee el libro. Nietzsche para entender elementos consustanciales con la moral, pero particularmente la exaltación de la obra del filósofo alemán que teje un hilo conductor que determina el ensayo. La idea de Dios, propia a una cultura de la cual formamos parte, con sus atavismos, primitivismos y desatinos. La genealogía de la moral que puede ser convincente y dar estructura, o puede conducir al individuo al nihilismo y lo tormentoso.

La lectura de Rojas Guardia, con su estilo afable y su límpida prosa, es asidero para cultivar visiones que nos permiten desarrollar sosiego y tratar de buscar luces en un siglo complejo. Escritor de siglo XX con proyección inseparable al corazón del siglo XXI, El dios de la intemperie seguirá dando que hablar (y pensar) en un país que desde hace rato pareciera necesitar con urgencia de mayores referentes intelectuales para encontrarse consigo mismo. Para lograr desde el respeto y la diferencia, transitar los mismos espacios sin atropellar a los demás.

@perezlopresti

 

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