Lo observado en los últimos días es una clara demostración de cómo el debate político asume todos los espacios de opinión y con ello concentra el interés nacional. Lo cual se logra por el mayor protagonismo de los que ejercen el poder, a los estos implementar un estilo de llevar adelante estrategias a su conveniencia. Donde las decisiones tomadas son sustentadas en procura de fortalecer los partidos que representan, haciéndose los desentendidos de los temas de mayor prioridad como lo son la complejidad social que afecta cada día más a las familias Venezolanas. Siempre señalando a otros como los responsables.
No hay duda que este tira y encoje de la política le conviene al poder llevar adelante una serie de disposiciones que le son muy favorables a su estrategia electoral, haciéndose los oídos sordos ante los reclamos de buena parte de las instituciones civiles del país que manifiestan sus desacuerdos; con las decisiones tomadas por los poderes públicos que les facilita un mejor posicionamiento en su participación en el venidero proceso electoral. Estos pedimentos de rectificación no reciben ningún tipo de respuesta y no se observa ningún interés en ser atendidos. Lo que se ve es que siguen adelante con su plan electoral, el cual les va a permitir un mayor control del futuro político de la Nación.
Mientras tanto la crisis social se agrava, con indicadores que prenden las alarmas por parte de los analistas de estos temas. Destacándose con cifras las desmejoras en los más importantes índices sociales que se demuestran alrededor de un 95% de las familias no cubriendo con sus ingresos el valor de la cesta básica. Destacándose los elevados niveles de pobreza crítica y extrema. Donde la extrema pasó de un 10% en 2010 a más del 50% en junio del 2020, colocándonos dentro de los 20 países del mundo con tan altos porcentajes de familias pobres extremas. Se hace evidente cómo la inflación se ha convertido en nuestro marcador a la hora de definir el presupuesto de gastos. Siendo esta, la única responsable de la disminución de nuestra capacidad de compra y del deterioro del salario.
No hay duda que la inflación se convirtió en el mejor aliado oficial para resolver sus necesidades de recursos, ya que ésta actúa como un impuesto directo que se traduce en menor poder adquisitivo para las familias. La misma es causada por la constante emisión de los auxilios financieros otorgados por el Banco Central para cubrir las pérdidas operativas de las empresas públicas y el creciente déficit fiscal; mecanismo que le permite tener todos los bolívares necesarios para cubrir el inmenso gasto público. Se observa como la cantidad de dinero en circulación se multiplica en pocos meses.
La otra afectación tiene que ver con la desmejora constante de los servicios públicos. Sobre todo en agua, electricidad y nuestras vías de comunicación. Que no se justifica al observar los inmensos recursos destinados en los últimos 15 años para mejorar sustancialmente estos servicios. Se estima en decenas de millones de dólares los montos otorgados para tal fin, algunos provenientes de préstamos internacionales, así se reflejan en nuestra abultada deuda externa. Lo preocupante es que todas las fallas observadas en los servicios esenciales como agua y luz, no tienen soluciones a corto plazo ya que los grandes montos utilizados en los programas de mejoras y ampliación de sus capacidades instaladas no dieron los resultados esperados. Contribuyendo aún más al deterioro de estos servicios públicos.
Esto nos indica que el debate político seguirá adelante, como la estrategia oficial conveniente para los próximos procesos electorales; con ello los que ejercen el poder, aspiran lograr la mayor presencia de sus electores en el ejercicio del voto. Preparando la mayor maquinaria política que hemos tenido en los últimos 85 años, desde la muerte del general Juan Vicente Gómez.
Hoy parece que los vientos que soplan le favorecen su estrategia. Las próximas semanas serán cruciales para demostrarlo. Lo difícil para esa estrategia es la compleja situación en el cual se encuentra la población afectada por graves limitaciones y alto costo de vida como resultado de la alta hiperinflación que nos arropa. Así como el creciente deterioro de los servicios públicos con sus secuelas en el agravamiento permanente de nuestra calidad de vida.
El debate político luce interesante y es a la vez un desafío para los que conforman la disidencia política en el país, en buscar de cómo aglutinar esa inmensa masa de ciudadanos que mira con impotencia el total deterioro que los afecta.
Presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.