Luis Bravo: Hay susto en el campo educativo

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Cada semana se hace más evidente que la crisis sanitaria está dejando de ser el problema principal que encara la familia venezolana. No porque deje de sufrirse los efectos de la pandemia del coronavirus, sino debido al agravamiento de la mala situación económica que vive la inmensa mayoría,  desde que el trabajo formal dejó de ser una fuente confiable de ingreso social. El virus del hambre es al que más teme el venezolano, porque las medidas tomadas por las autoridades territoriales nos están llevando a una hambruna generalizada, que puede suponer también una explosión social que de materializarse lo pagaremos  los pendejos de siempre, con más represión, inseguridad ciudadana y alimentaria.  Lo cierto es que la propaganda oficial no está alcanzando para que siga quieto quien quieto está.

Tal como lo siguen documentando las más diversas instituciones críticas de la sociedad política y civil, crece la percepción de que el Gobierno Territorial hipercentralizado ha perdido definitivamente el control del qué hacer razonable para mitigar los efectos de la recesión depresiva de la economía,  que él mismo creó. Tampoco se tiene confianza sobre la veracidad  de que se informa mal la incidencia del coronavirus. De igual modo progresa en el mundo educativo la certidumbre de que se administra mal la culminación del año escolar y peor aun lo que hay que hacer para que el año escolar que viene  no sea peor que el actual. Como lo muestran con caustica puntería  los distintos documentos,  incluidos los de factura oficialista y estamos hablando de los resultados de una consulta  pretendidamente hecha para conocer el estado del año escolar frente a la incidencia del Covid-19, tal como se reseña en este boletín 793.

Hay susto en el campo educativo por la escalada inflacionaria y demás signos del colapso de la salud económica del país.  El incremento del salario mínimo número 45 no hace más que agravarlo. Lo que se hace es muy poco y malo para mitigar  la precariedad que castiga la vida diaria de la gente que vive de y por la Educación.

Esperemos que sea serio el llamado al cese al fuego de Maduro y que se abra un espacio sincero para un acuerdo humanitario…

 

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