Con el nuevo salario mínimo decretado por Nicolás Maduro pero que no tuvo valentía para anunciarlo personalmente, el sueldo de los pensionados y jubilados quedó establecido en dos dólares estadounidenses, mientras que en el resto de los países Latinoamericanos a quienes el propio Nicolás insulta diariamente diciendo que no quieren a su pueblo el sueldo es el siguiente: Argentina 416 dólares, Uruguay 355 dólares, Bolivia 231 dólares, Brasil 280 dólares, Chile 207 dólares, Ecuador 188 dólares, Perú 127 dólares, México 125 dólares, Paraguay 117 dólares y Venezuela dos dólares. Igualmente, Maduro al mismo tiempo decretó la regulación de precios de 27 productos que en total cuestan 33 dólares, pero pensionados con el sueldo no pueden comprar uno completo
Hay que ser bien cínico o muy malo, se me ocurren otros adjetivos pero mejor lo dejo de ese tamaño, para condenar a los venezolanos a morir, especialmente a los abuelos que en su momento lo dieron todo para ayudar al progreso del país, pero no contagiados por el virus chino que ya bastante daño ha hecho al mantenerlos encerrados en su propia casa como cárcel, sino por hambre al decretar precios en dólares de los alimentos que mas se consumen, donde el que menos cuesta está cerca de dos dólares, mientras el salario mínimo decretado fue redondeado con cestaticket en 800 mil bolívares, que de acuerdo al cambio en el mercado paralelo donde se hacen la mayoría de las operaciones son cuatro dólares.
Sin embargo, en este mes y medio de cuarentena donde han hecho hasta tres cadenas diarias para anunciar los buenos oficios” que según consideran los jerarcas del régimen ha realizado la mal llamada revolución bolivariana para combatir al virus chino, así como para insultar y echarle en cara a los mandatarios Latinoamericanos de hacer poco o nada para combatir la peste china, Nicolás Maduro con todo lo bocón que siempre ha sido, esta vez no dio la cara para anunciar el nuevo salario mínimo de 800 mil bolívares con cestaticket incluida. Se escondió como el propio cobarde y le dijo al ministro del trabajo, Eduardo Piñate para que lo hiciera, quien tampoco dio la cara sino que lo publicó en twitter, creyendo que los venezolanos somos pendejos para no saber que toda esa vaina es obra de la propia maldad madurista.
Pero, si los ochocientos mil bolívares apenas alcanzan para comprar un kilo de carne y ochocientos gramos de queso, según el valor decretado en dólares por el régimen, a los pensionados que solo les corresponden cuatrocientos mil bolívares por no tener cestaticket, solo les alcanzarían para comprar ochocientos gramos de queso, siempre y cuando ese mes no tengan que comprar las pastillas para la tensión que antes del ajuste de precios costaban cuatrocientos mil bolívares, no sabemos que salto darán con los nuevos precios y la inflación dolarizada, ya que las medicinas por la no producción nacional se mueven con el dólar paralelo y no con el oficial.
En esto de la cestaticket que no tienen los pensionados y jubilados de la administración pública, no hay que olvidar que en 2016 la Asamblea Nacional aprobó una ley para pagar un bono de alimentación a los pensionados y jubilados que con todo el ilegal desacato impuesto por el tribunal supremo oficialista le tiene a la legitima Asamblea Nacional, dio como valida la ley de alimentación para los de la tercera edad, pero Nicolás Maduro desde esa fecha se ha negado a firmarla para que pueda ejecutarse, y en contraste con eso decretó un mal llamado bono de guerra que desapareció con la reconversión de agosto 2018.
En vista de este nuevo atropello contra los trabajadores venezolanos con ese pírrico salario, que prácticamente los condena a morir de hambre, los líderes de partidos políticos que dicen diariamente defender al pueblo deben convertir en hechos sus palabras. Igualmente los sindicatos sectoriales, federaciones nacionales y regionales, así como las confederaciones, especialmente la CTV, deben dar un paso al frente y dejar de publicar comunicados en las redes sociales para convocar una movilización nacional con la ruta de no regreso hasta tanto termine la usurpación. Deben demostrar de que madera están hechos y que el cambur verde mancha de verdad.
Esa CTV debe levantar las banderas de sus luchas históricas y hacer honor al legado dejado por dirigentes sindicales como Alberto Carnevali, Francisco Olivo, José González Navarro, José Vargas, Federico Ramírez León, Juan José Delpino, José Beltrán Vallejo, Angel Zerpa Mirabal, Antonio Ríos, Manuel Cova y Carlos Ortega, entre otros, que en sus épocas no publicaban comunicados en las redes sociales porque no existían, sino que eran dirigentes de lucha y coraje para defender a los trabajadores. Por lo tanto, el movimiento sindical democrático de hoy, está obligado a levantar las banderas para presionar desde las calles de Venezuela la formación de un gobierno de emergencia nacional que solicite ayuda internacional, porque es sabido, que solo no podemos.
También es importante y necesario para la lucha que debemos librar contra la usurpación, que los dirigentes sociales y comunales, gremios profesionales, universidades autónomas, ONG y todos aquellos que estén en capacidad de mover, aunque sea una persona además de ellos, deben activarse porque la señal enviada al tomar COPOSA y Polar por la fuerza, aumentar los precios en dólares y hacer un aumento pírrico en bolívares, el régimen madurista está decretando la liquidación del país. No hay dudas que con esas acciones estarían tratando de descargar la culpa de la crisis en la empresa privada e incitando a que los venezolanos hambrientos salgan a buscar comida como sea y donde sea.
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