Notorios y desafiantes, los feroces arrebatos y despropósitos, que escenifica por doquier, la oligarquía politiquera que desgobierna el país, para mostrar su intención, de que no será fácil, la entrega del poder a la oposición, tras su inminente revés, en las turbias y convulsas elecciones presidenciales de este 28 de Julio.
Ya ni reparan en el más mínimo sentimiento de piedad, misericordia o decoro, para ejercer su despótico dominio, el que como ellos mismos lo proclaman: “se hará por las buenas o por la malas”.
Es todo un festival de mentiras y medias verdades, bien concatenado, destinado a generar confusión, desencanto o temor, en medio del desespero, que les produce el marcado rechazo del pueblo, que alguna vez les aclamó y veneró, su egocéntrica idolatría.
En el camino de la permitida contienda electoral, si es que se puede llamar así, a la trillada ruta de espinas, agresiones, persecuciones y obsceno ventajismo, las vergonzosas condiciones comiciales establecidas en el cronograma electoral del 28 J, va quedando la saña hiriente y ofensiva de una rumiante oclocracia, junto al “triste papelón”, de sus desteñidos compinches.
El país entero, es testigo de excepción, (gracias a las redes sociales y a la VTV de todos los venezolanos), de la aparición en la escena política de un “demonio gritón”, nominado folklóricamente “gallo pinto” fungiendo de adalid de la desinformación, que a veces grita, hace piruetas y chistes malos, o baila la cumbiamba cucuteña, para luego pasar a descargar, una caterva de improperios.
Es parte de una maniobra bien urdida, de los aventajados discípulos del nazismo goebbeliano, y actualmente, de sus herederos cubanos, chinos y rusos, convertidos en auténticos maestros de la desinformación, a través del uso y abuso, de los mundialmente combatidos Fake News.
Así vemos, como el candidato del continuismo, Nicolás Maduro y sus asesores, insisten en imponer el trillado empate técnico en las elecciones del 28 J, entre los candidatos con mayor opción, lo que a juicio de los expertos analista, les pudiera permitir, avanzar en el camino del fraguado fraude comicial, que guardan bajo la manga, del que todo el mundo sospecha, tanto dentro, como fuera de Venezuela, dado en talante arrebatador de sus integrantes.
Desde otro frente de batallas, ataques y agresiones, a la líder del actual proceso político María Corina Machado, y al candidato de todos los venezolanos Edmundo González Urrutia, no han encontrado otra forma más ruin, que colocar a los electores, en la malévola disyuntiva de tener que elegir, según ellos, entre la guerra y la paz. Tal como lo sentenció Maduro recientemente desde la Vega.
“Si la derecha engañara a la población en Venezuela, podría haber un baño de sangre y una guerra civil porque este pueblo no se dejará quitar la patria ni los derechos sociales”.
Un inclemente bombardeo de mentiras y desinformación, que se imparte con la mayor desfachatez, desde las alturas del poder, en esta Venezuela socialista del siglo XXI.
ezzequevi34@gmail.com