Una carta para Luís Bravo y su equipo de ‘Memoria Educativa Venezolana’

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Quienes hemos hecho vida universitaria-UCV por un largo período, y tenemos la obligada relación pasado-presente-porvenir, creemos contar con los elementos indispensables para referir casos del hoy que escapan a la desidia, decadencia y conformismo que en buena parte define el comportamiento de muchos de los miembros que formamos parte de la institución.

Es entonces tan necesario como obligado cumplir, al menos, con la labor de reconocimiento de quienes hacen esfuerzos por contribuir a impedir que circunstancias de sombras terminen por aniquilar nuestra UCV.

Por ello, profesor y amigo Luís Bravo, para la Cátedra ‘Pío Tamayo’ y el Centro de Estudios de Historia Actual del IIES-Faces-UCV constituye un muy grato deber realizar un público reconocimiento al equipo de trabajo de ‘Memoria Educativa Venezolana’ (MEV) que, bajo tu dirección, cumple en forma constante con una muy rigurosa tarea: la publicación de un boletín semanal, que ahora llega al número 1000, sobre los temas que repercuten en el cuadro de una labor educacional cada vez más atiborrada de problemas de orden ideológico, político, organizativo, administrativo-salarial.

Y se trata de problemas que hoy son motivo de la mayor preocupación por parte de MEV al examinar el empeño que pone la “revolución bolivariano-socialista” y su gobierno en el control de la labor educacional. La doctrina, el pensamiento válido en este campo hoy es el oficial. Este es el único lente válido para el tratamiento del acontecer del hombre, la sociedad y la historia.

Y ante este oscuro y comprometedor panorama se levanta semana a semana la voz de MEV para expresar, discreta e inteligentemente una posición disidente que no persigue ningún pago de dividendos ni nada parecido. Y es que con este hacer sólo se persigue algo fundamental: dejar memoria del otro proceder que llama a la apertura y consideración de todas las formas de ser, pensar y actuar.

Porque no puede tener asidero de ningún tipo seguir la senda que lleva a colocar la repetición por encima del acto de avance que refiere la creación, la imaginación-invención, el aporte para el mejor vivir de quienes alguna vez dejarán a un lado la condición de cuasi hombres para formar parte de una sociedad que piense y actúe en plan y nivel de vida y humanidad.

Y conste, que a MEV bajo la coordinación inquebrantable de Luís Bravo, le ha tocado adelantar su misión en una universidad de capas caídas, tomada por proyectos alejados de la máxima que llama a ‘vencer las sombras’ de manera permanente y obligada. De allí que en muchas ocasiones tropecemos con buena parte de nuestros espacios tomados por la postración, el conformismo y por una especie de convivencia que se junta a una actitud y condición de entrega y derrota.

Pero frente a este oscuro cuadro, se levanta el recuerdo de los valores vistos en la propia acción de UCEVISTAS como Rafael Pizani, Francisco De Venanzi, Rafael José Nery o Carlos Alberto Moros Ghersi.

¡Y de esta estirpe fue hecha la gente de la inmensa Memoria Educativa,  los Luís Bravo Jáuregui, cuyos pasos deben, tienen que seguir transitando por los caminos de la UCV, que algún día tendrá que ser!

Agustín Blanco Muñoz

Danielita Barrolleta

Mery Sananes

Cátedra Pío Tamayo – Centro de Estudios de Historia Actual

 

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