Javier García: En la lucha de los pueblos todo cuenta.

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Podemos decidir hacer silencio durante un tiempo. Escoger las armas más convenientes a usar en la batalla. Decidir cómo organizarnos. Cuándo, cómo y dónde nos movilizamos. Si votamos o no votamos; si lo hacemos cómo es más conveniente. Si no, qué hacemos entonces. Es decisión nuestra, sin chantajes. Todo depende de la estrategia, del escenario, del propósito que tengamos.

Aquel que hayamos reflexionado en forma individual, primero en nuestra conciencia, luego colectivamente. Tenemos claro que nuestro principal enemigo es el régimen de opresores y criminales.

Sabemos también, que existen personalidades, grupos de personas, sociedades políticas, empresariales, sociales, religiosas que colaboran con la tiranía abierta y/o disimuladamente, que se dicen opositores, moderados y hasta pacificadores.

En este momento mientras arrecia la posición del mundo en favor del pueblo venezolano, de unas elecciones libres y transparentes, del cumplimiento de los Acuerdos de Barbados. Que la Comunidad Internacional fortalece su posición en rechazo al totalitarismo y torpeza del régimen, hay actores que trabajan a conciencia e inconscientemente, para debilitar la exigencia del país, y fortalecer a la tiranía, que gritan acepten lo que sea,   agarrando aunque sea fallo.

Existe todo un aparato económico financiero, mediático orientado en ese norte. Afortunadamente han fracasado, y vaticinamos que lo seguirán haciendo.

Una campaña que intenta debilitar el liderazgo de nuestra principal referencia, María Corina Machado, calificando de mesiánica a quien sabe que tiene realmente un mandato legitimado de 2,4 millones, más un país que la pide, algo que no tiene ningún otro. Y Lo hacen desde antes de las primarias, pero que ahora han arreciado en el intento, logrando justamente lo contrario.

Son los vicios del pasado enlazados con los de los presentes tratando de atrincherarse.

Promueven el desespero. El sálvense quien pueda. Porque ” el pueblo quiere votar, porque se agota el tiempo, porque esta es la única oportunidad que nos queda y tenemos que votar aunque sea para decir que votamos, por cualquiera de los inscritos, porque tan solo votando salimos de esto”.

¡Lo que es falso, absurdo, ilógico, irracional, demagógico, tramposo…!

¡Los venezolanos queremos un cambio, un cambio verdadero!

Todos los días se abren oportunidades. Aquí no hay nada prescrito.

Claro que queremos votar, si ese voto nos lleva a lograr ese propósito, no somos tan gafos. Pero sabemos que con votar no es suficiente. De lo contrario no estaríamos en donde estamos.

Tenemos un liderazgo, una candidatura, una mujer que ha resultado un roble, que no se ha dejado y debemos decir que hasta una insana envidia les ha generado a estos. Una dama que expresa el deseo mayoritario del pueblo venezolano. Es decir, el cambio que deseamos.

Por eso es que el régimen hace lo posible para que ese potencial no exprese libremente en una contienda como corresponde.  Y que obviamente, por las razones diametralmente opuestas ha permitido que otros se inscriban como “candidatos”. Porque no representan ni los deseos ni los intereses del pueblo venezolano.

Esto incluye a Manuel Rosales, cuyas posiciones, antecedentes, opiniones, cuyas historias anteriores y actuales se conocen, y sabemos que no representa riesgo alguno para la cúpula que controla el poder. Por eso tiene un enorme rechazo en el país que lo conoce, como lo dicen las encuestas que expresan el sentimiento de los venezolanos.

Todo este esfuerzo para someter la exigencia, la digna posición del pueblo de Venezuela no supera el 2% de la opinión nacional. Y Nicolás Alejandro Maduro Moros no alcanza sino al 8%.

Ahora bien, qué hacemos, es la pregunta razonable.

En primer lugar, mantener, ampliar y profundizar la firmeza; fortalecer el espíritu, arreciar en nuestras exigencias de un verdadero cambio, de elecciones libres.

En segundo lugar, desterrar cualquier duda, temores, no caer en la campaña de manipulación y chantaje, que buscan causar desesperación, desesperanza, impotencia, y debilitarnos.

El pueblo venezolano es la principal fuerza con la que contamos. El tiempo nos pertenece.

A quien se le está acabando es al régimen y a sus socios, porque están pasando los días y no logran su propósito.

A esta altura pensaban ver a María Corina Machado rendida y al pueblo venezolano desunido, acobardado, agachado y desmoralizado.

Recordemos que ellos necesitan ese simulacro del 28J bajo ciertas condiciones que no están logrando.

Si llegado ese día no logran su cometido, el panorama empeora para ellos, porque ya no contarían ni con sus viejos socios, con el mundo reforzando su rechazo.

Nosotros al contrario, estaremos más unidos, organizados, cohesionados internamente, y apoyados por el mundo, que siendo los pueblos y gobiernos coherentes con sus posiciones, circunstancias e intereses, es lógico pensar en el apuntalamiento de la lucha del pueblo venezolano.

Fortalezcamos el espíritu, afiancemos la exigencia del cambio por unas elecciones verdaderamente libres.

Firmeza, serenidad y confianza en nuestras fuerzas ciudadanas, morales, espirituales, y en las bendiciones del Creador del Universo.

Firmeza Venezuela. En tus virtudes la torre, la fuerza de tu resistencia.

Adelante.

 

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