Ezequiel Querales Viloria: El fatídico apartheid electoral

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El Apartheid: la vieja “ponzoñosa guillotina” de segregación racial, de desprecio social y humano, que el mundo imaginaba sepultado en los rincones del olvido, está de vuelta en la patria de Bolívar.

Se ha infiltrado sagazmente,  en el torbellino politiquero venezolano socialista del siglo XXI. Pero nos trae a la memoria, las heroicas luchas libradas por el valeroso Nelson Mandela, para abolir la infame segregación étnica y liberar a su amada Sud-África.

De ser una vieja y despreciable política segregacionista de Estado, de repente volvió a ser novedosa. Ahora es solo para los NO AFINES, al régimen, destilando las hieles “robolucionarias”, de aclamación popular. Del trajinado pan y circo.

De esta nueva “furia  bolivariana”, han sido segregados, no solo las dos Corinas, y otros aspirantes con todo el derecho a postularse, como el periodista Manuel Isidro Molina, quien con gallarda irreverencia, lo denunciara públicamente, sino más de 2.5 millones, de venezolanos, que dieron ante el país, la más genuina lección de soberanía popular, de apego a la ruta del sufragio, de manera “democrática, participativa, protagónica”, como pauta el texto constitucional de la Carta Magna.

El país nacional, por “enésima” vez, es testigo de la ignominia politiquera que lo carcome por dentro. De la picaresca y vergonzosa danza de fantoches, “hazme reír”, y desvergonzada estirpe criolla, que no resiste dos pedidas, y doblegarse, al “pónganme donde hay”.

Es la cruda realidad en la que nos encontramos inmersos: una sociedad que se desmorona progresivamente, casi, que así misma. Más asediada que nunca, por ladinos intereses, que según informados analistas, se disputan en esta región del mundo, como apetecidos “santos griales”.

Se habla de una enorme riqueza “ahora estratégicamente controlada y utilizada por organizaciones criminales lideradas por Cuba, Irán, Rusia, Hezbollah, y China, con el fin de destruir nuestra civilización moderna y los patrones de vida de la libertad”. (Como lo denunciara, entre otros, el profesor Pablo Aure, en elocuente y descarnado mensaje, que circula en las redes sociales).

Por tanto, era obligante, aniquilar y dar al traste, contra cualquier pretensión, civilista, renovadora, libertadora, como la que ahora lidera MCM.

En principio, aplicando el terror del  “todos a una”, a la dirigencia emergentes, con la Dama de Hierro al frente, que afortunadamente, sigue imbatible,  resistiendo Hasta el Final.

Luego, preparando el terreno, para finalmente rematar, con la inyección letal, y sin anestesia, de un  Fatídico Apartheid Electoral, tal vez, extraído del  inframundo nazi fascista cubano.

La variopinta legión de tránsfugas del régimen (alacranes, colaboracionistas y derivados), y da pena decirlo, de la propia MUD, deben sentirse satisfechos, celebrando la “ingeniosa jugada”, de la dictadura.

Seguramente, ahora motivados por ese gran espíritu de solidaridad y amor a la patria, que dicen tener, 12 de los 13 candidatos, declinaran su aspiración en uno de ellos, para ampliar la opción de triunfo frente al ventajismo del sátrapa. Pero tal vez, no sea parte del festín electorero pautado. Y opten luego, en salir a “linchar públicamente” a la Dama de Hierro, por no haberle levantado la mano, a un “honorable alacrán”.

La  vergüenza y hasta la indignación colectiva nos embarga, de estar en medio de tanta inmundicia politiquera juntas. Ver a una falaz dictadura, asociada y escoltada, por honorables colaboracionistas vernáculos, en sus nefastos propósitos.

“No es el odio el que hablará mañana, sino la justicia misma fundada en la memoria”, como pontificara Nelson Mandela. “Es la hora de la justicia”, que dejara para la posteridad, este gran humanista africano.

Es la hora de derrotar la opresión encarnada en el “Fatídico Apartheid Electoral”. ¡Aquí nadie se rinde!, proclama desde el sur de Venezuela, el combativo luchador obrero, Andrés Velásquez.

ezzevil 34 @gmail.com

 

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