Los muchachos del régimen saben muy bien lo que hacen. Cada pieza que mueven lo hacen con plena premeditación. No son unos niños que se dejan endulzar con un simple caramelo. Aprendieron a agarrarle el gusto al poder y utilizar cualquier medio que esté a su alcance para que no se le esfume de las manos
Distraen a la población con cantos de sirenas y acciones epopéyicas. Controlan a gran parte de la población con ofrecimientos y pagos de nóminas en el sector público. Es la cultura del chantaje en plena acción, de la cual ha surgido “el nuevo hombre”, un ser sumiso y sin esperanzas en su andar cotidiano.
Ante el gran rechazo popular de Nicolás Maduro, el oficialismo trata de repetir el libreto en la escena política: sacar a la oposición de la ruta electoral. Esa que la vía más expedita para producir el ansiado cambio político en Venezuela.
Por eso los inquilinos de Miraflores, con el apoyo del resto de los poderes públicos, lanzan una cacería de brujas contra dirigentes cercanos a María Corina. “No te pases de la raya porque te aniquilo” es el mensaje que intenta enviar a un atribulado pueblo que navega en el infortunio y condiciones infrahumanas de vida.
El gobierno provoca, salta desesperadamente por hacerse sentir, violenta las normas jurídicas y le hace creer a la población que el CNE está vendido y no es garante para salir de Madura. Una estrategia bien confeccionada por asesores externos. Es comprensible que así sea porque está en juego su supervivencia. Pero, afortunadamente, por mucho que trate de arremeter está muy débil.
Como la política es un juego de ajedrez, la oposición no debe pisar el peine. Tiene que enfocarse en el venidero proceso presidencial, unificar sus fuerzas y jugarle al oficialismo con inteligencia. Jamás salirse de la ruta electoral. Por eso aplaudimos a María Corina Machado al manifestar que nada mi nadie la sacará de la ruta electoral. Lo que viene no es cualquier cosa. Requiere de entereza, comprensión y voluntad de sumar voluntades. Ese es el camino que nos dará excelentes resultados.
