Arminda García: Entendiendo la inteligencia social

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Resulta oportuno, iniciar aclarando la importancia de la conexión con los demás, ya que, sin duda somos seres humanos que necesitamos lograr establecer nexos efectivos.  En este sentido, se puede decir que  la inteligencia social, nos ayuda a lograr este fin,  pues,  consiste en la capacidad de implementar interacciones sanas y productivas para lograr una convivencia más armoniosa.

El objetivo entonces de la misma, es elevar la calidad de vida y el bienestar de los individuos, brindándoles herramientas para propiciar relaciones equilibradas con los que les rodean, donde prevalezca el respeto, valorando los intereses propios y ajenos. Así, se busca lograr conciencia y desarrollar habilidades para aumentar el sentido de pertenencia y el sentimiento de identificación con los distintos grupos.

El individuo, no puede lograr este equilibrio si no desarrolla su capacidad para relacionarse de forma,  empática y asertiva, comunicándose adecuadamente, gestionando sus emociones. Esto,  no obstante, lo facilita  la inteligencia social que nos ayuda a liberar pensamientos y sentimientos, que  permiten mejorar las interacciones, las cuales además, se ven influidas por las impresiones que tenemos en base a las experiencias ya vividas con los demás, tanto negativas como positivas.

Así mismo, favorece mucho cuando se trata de relaciones con personas que nos contribuyen con sus conocimientos o aportes, en especial, si nos presentan alguna nueva idea o propuesta que pueda resultar constructiva. Estas interacciones nutritivas, dejan en nosotros sensaciones agradables y favorables que debemos procurar, pues, nos hacen sentir bien, cómodos, en confianza y en armonía. Sentimos,  que tenemos la posibilidad de expresarnos libre y espontáneamente.

En este sentido, podemos encontrar asimismo actitudes tóxicas, que nos rodean con conflictos o adversidades,  y por otro lado, encontramos relaciones empáticas, comprensivas, que nos hacen sentir valorados, animándonos a demostrar entendimiento y voluntad de cooperación. Por esa razón, las personas que cuentan con alta inteligencia social son atractivas y vivificantes, pues, te manifiestan comprensión,  lo que se traduce a su vez,  en un efecto favorable para nosotros.

Tengamos presente, que la inteligencia social,  nos sirve como un radar que permite medir las circunstancias que se puedan presentar en nuestro entorno, para así, seleccionar la conducta socialmente más adecuada.

 

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