Arminda García: Lo que opinan los demás

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Frecuentemente, se nos pueden presentar ciertas dudas cuando nos encontramos con personas en nuestro entorno, que emiten su opinión sobre nosotros. Por eso, se hace necesario analizar cómo esto nos afecta, y así, saber cuál es la manera más adecuada para hacerle frente. En este sentido, de entrada, debemos evitar que lo que piensan otros influya en nosotros, pues, la percepción que tienen de nuestra realidad es demasiado parcial.

Digamos que, estas opiniones generalmente se basan en sus propias ideas, por lo que generan una versión en su mente de nosotros, partiendo de su intuición.  Ante todo, es propicio recordar que, nadie tiene derecho a juzgar a los demás, pero, cuando la intención es hacer una crítica constructiva entonces debemos, tomarlo con la autoestima suficiente para no permitir que nos afecte emocionalmente. Si, se trata de un juicio que estamos emitiendo sobre otra persona, entonces se requiere, ser cautelosos para no herir susceptibilidades.

Sin duda, de alguna manera queremos llevarnos bien con todos, que tengan una buena opinión de nosotros, pero, es muy difícil. Por eso, debemos tratar de evitar que esto nos limite. Lo importante, es no permitir que nuestra vida gire en torno a juicios ajenos y sean determinantes. Es necesario evitar que nos cause angustia, preocupación, incertidumbre, sabiendo apelar a nuestro amor propio y al conocimiento que tenemos de nosotros mismos. En la medida en la que comprendamos bien, tanto nuestras debilidades como los atributos favorables que tenemos, nos dará la confianza y seguridad requerida, para adoptar la mejor actitud.

Del mismo modo, en cuanto a nuestros cuestionamientos internos, nos sucede con frecuencia, que viven en nosotros y nos hacen sentir inseguros, cuando nos hacemos preguntas, sobre si estaremos actuando de forma adecuada, lo cual, es negativo y nos dificulta defendernos ante las críticas de los demás. Para enfrentar esta situación, debemos contar con mucha personalidad, estar claros sobre cuánto valemos, actuar en el marco de las normas de convivencia, respetando a los demás para poder exigir la misma consideración hacia nosotros.

A modo de conclusión, no podemos olvidar que, las personas tienen sus gustos, sus preferencias, por lo cual, es difícil agradar a todos, ya que, es muy arduo encajar en cada tipo de personalidad, en sus rasgos o parámetros individuales. Por otro lado, es algo que, por ser un factor externo a uno está fuera de nuestro control.  Debido a esta razón, puede resultar agotador, desgastando nuestras buenas energías.  En lugar de, dedicar tiempo preocupándonos por las opiniones ajenas, es mejor invertir esta atención en nosotros mismos.

 

 

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