Eduardo Figueroa Marchena archivos - Emisora Costa del Sol 93.1 FM

De aquí en adelante, tendremos que hacer el esfuerzo por tatuar en la memoria pública la fecha del 26 de Noviembre. Entre tantos desgraciados nombres para señalar ese día, me va pareciendo acorde; “día de la infamia criolla”. Para mí, que en intermitencias juego a ser pitoniso del futuro de mi país, me queda claro el antes y el después que ha zanjado la negociación en México, y las rúbricas impostoras de media docena de vagabundos que condenaron el destino de 30 millones de connacionales por los próximos 10 años, al menos. Gente, además, que cada día tiene más dinero en paraísos fiscales y mucha pero mucha más sangre en sus manos, a la cual responderán, lo harán, en ejecuciones penales. Nunca en la historia del país, nunca, la desgracia de tantos se atribuyó a tan pocos (Guevara, Stalin, Blide, Guanipa, López, Rosales, Borges y Allup). Si algo hay que agradecer al G4, es que al fin dejaron de aparentar ser lo que no son. Al fin, ocuparon con soberbia y sin titubeos el lugar que les corresponde en la historia, y que desde hace mucho han tenido que compartir, abiertamente, con el chavismo; el trono de los genocidas. Y de corazón, eso a mí me satisface, lo hace pues se condenaron a la muerte social, política e histórica, una muerte que trasciende a la física, por lo que, así continúen siendo sanguijuelas del conflicto y pares de los dictadores en acumulación de riquezas, serán recordados por generaciones como los pordioseros, que en desespero por comer lo que Maduro dejó en el plato, acuchillaron a un país entero. El impulso primitivo y reptil que acciona lo ocurrido en México, sólo grita que los infames actores de este fraude merecen el destino de Mussolini, de Ceucescu o de cualquier desollado en la edad media. Pero la realidad, a nuestro lamento, es otra. El G4 continuará siendo el principal escudo, el vital anillo de seguridad del régimen, ahora no sólo en retórica, lo será bajo firma, con la venía y aprobación de una comunidad internacional, que atónita observó cómo entre sonrisas pícaras y obediencia asnal, en representación > de torturados, familiares de asesinados, presos, exiliados y ciudadanía en general, accedió a que el largo brazo de la dictadura, a su antojo y conveniencia, hurgue y meta en cualquier cavidad lo que le provoque. Aprobaron que sin remilgos (que nunca han tenido) ni límites de nadie, sigan devastando cada vida, cada calle, cada piedra de nuestro país con legitimidad absoluta y consentimiento de los que se auto titularon fuerza opositora. Después de tanto llegamos a un punto, que, aunque cruel y frustrante, obliga a los venezolanos a crear, creer y desarrollar nuevas rutas y opciones. Será un proceso lento, pero esto debía ocurrir para iniciar una recomposición. Aquello que llegó a parecer imposible, y hoy abre puertas, pasó, al caerse las mal colocadas caretas de los partidos que años atrás creímos contrarios al chavismo. Ahora, sometidos entre la brutalidad impune de Maduro el y grotesco descaro de sus pares, no tenemos otra opción que surgir, avanzar sin otra alternativa ni herramientas que las forjadas sobre las premuras de quién a toda costa debe construirse un nuevo futuro. La fe, huérfana de disciplina, de trabajo y constancia, nos ha causado enormes contratiempos. Por nuestra sangre caribe hemos creído que ante los malos gobiernos la solución es levantarnos en armas, y la realidad es que muchos de nuestros estigmas sociales se resolverían al levantarnos más temprano, sin mesianismos, caudillismos, modismos o pendejismos. Nos hemos liberado del lastre de una falsa oposición política, que habiendo nacido cerdos, por años intentaron vestir de ovejas. Toca avanzar sin ese peso. Estamos en el camino correcto. ¡Que vaina que tocó montuoso y espinado! Militar y ex preso político venezolano

Eduardo Figueroa Marchena

Eduardo Figueroa Marchena: El día de la infamia criolla

María

Dj Flaco

La parranda de Güiria

Aguinaldos y parrandas

Abdón La Insistencia

Una gran novedad del Capítulo 84 de la Nomenclatura VII del programa SisArm

Barco 24 – Venta de embarcación de pesca

Ubicación A2 – Quinta en la urbanización Santa Cecilia, Caracas

El salto Ángel panorámica – Venezuela