Isaías Márquez: El desconocido

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No se trata de un filme, novela o ficción  de alguna figura  quimérica, de título “ignored”, en inglés ignorado por sus actitudes procaces, divagantes, necias, excéntricas u obcecadas, sino de un gobernante enfermizo por su megalomanía histriónica heredada de su tutor, comandante supremo y eterno, quien a manera de un legado natural y pertinente dizque le dejase encomendada la nobilísima misión de llevar a una seudorrevolución retardatoria y destructora de toda iniciativa progresista, salvo que se oriente  o apuntale a sus maquinaciones en perjuicio de detractores o disidentes; tal es el caso de la oposición venezolana actual a cargo de la lideresa María  Corina Machado y su aparente misoginia hacia la misma, lo cual le motivó a urdir su gloria como presidente reelecto, en conchabanza TSJ/CNE, de manifiesto casi mundial, que no le reconocen propiamente, sino como un gobernante o presidente “de facto”, según  lo ha expresado Borrell, quien le pide que en su condición  actual, la convocatoria  a unas elecciones “justas y libres”; a fin de que abra brecha hacia una alternabilidad a traducirse, por la salud institucional de la nación y sus habitantes, en  una ‘transición democrática’ virtual, sin desdeño de algún aporte u observación de los salientes por la puerta grande, hoy por hoy, en un momento crucial y decisivo para Venezuela, que no requiere de un acto heroico cruento, sino de una  voluntad puramente política y estaríamos resueltos a fin  de reasumir un país ideal en productividad consumada, logro de una planificación sesuda y participativa, y con el concurso de los talentos repatriados, quienes por circunstancias muy especiales debieron  huir. Así,  Venezuela sí podría disfrutar de un presidente reputado, propio y admitido universalmente.

 

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