Julio César Hernández: Debilidades del régimen luego del consultivo

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El pasado domingo tres (3) de diciembre del corriente año, se llevó a cabo el inconsistente referéndum consultivo, tendente a recuperar y defender el territorio Esequibo. La motivación ciudadana en tal sentido, no era muy extendida a mi parecer, unos porque no confían en el Gobierno para nada, otros porque no estaban muy enterados del asunto y los demás, porque no creían en nada de lo que publicitaba el gobierno en relación a este diferendo territorial. Sin embargo, el gobierno y su coalición dominante CNE en este caso, informaron que al final de la jornada los centros de votación fueron muy concurridos, aunque el control ciudadano y algunas plataformas periodísticas, difundían imágenes de poca gente opinando sobre las materias reflejadas en las cinco preguntas, el desenlace se produjo después de las 10:00 de la noche, cuando un cansado Presidente del órgano electoral, dijo que aparecieron más de 10 millones de votos en las urnas electorales.

Ese número de votos, de inmediato despertó el ingenio electoral de los ciudadanos, quienes rápidamente por distintas redes sociales, precisaron que esa cifra dividida entre 5, que fue el número de preguntas, daba un total 2.100.000 votos, lo cual por supuesto, no fue del agrado del Gobierno, quien seguramente y de manera inmediata le ordenó al asustado Elvis, dar otras cifras, y fue así como anunció que no fueron 10 millones de votos, sino más de 10 millones de lectores, los que sufragaron mayoritariamente por la opción sí, lo que por supuesto nuevamente concitó los comentarios de los ciudadanos, quienes se mostraron escépticos de creer en esa información oficial, pues muchos de ellos, vecinos de los centros electorales, habían sido testigos de la poca afluencia ciudadana a opinar; aunque en descargo del Gobierno hay que decir que la gente votaba rápido y no había mucha supervisión electoral por parte de la mayoría de partidos opositores.

Estos últimos a lo largo de la breve campaña electoral por el “sí”, no sólo es que brindaron su apoyo incondicional al régimen desde el principio, sino que también con fundamento en un supuesto nacionalismo, quisieron creer en la demagogia roja, y hoy en día no saben qué va a hacer el régimen con esos cuestionados resultados, pues el servicio de ellos llegaba hasta allí, sin importarles que la ciudadanía los estuviese evaluando, el asunto del caso es que el gobierno los utilizó y no los congregó a la mesa de trabajo, para para planear acciones si es que las tienen previstas, a pesar de que ellos habían dicho, que eso iba más allá de lo partidista, que se dejaba de lado lo partidista, claro esas pendejadas pseudonacionalistas sólo se las creyeron ellos. De otra parte, tampoco se atreven a pedirle al Gobierno publique los resultados definitivos en la web del CNE, porque seguramente nadie ahí se atreve de hablarle de tú a tú a la élite gubernativa.

Para quien escribe, este referéndum consultivo, resultó más bien, un plebiscito, pues el esfuerzo del Gobierno y sus aliados, se centraron en que la gente votará 5 veces sí, dándole muy poco espacio al no, y no porque esta última posición hubiese sido contraria a la recuperación del Esequibo, sino porque con este referéndum, dejó de cumplirse con inmediatez la Constitución y el gobierno manejó a su antojo el rumbo de este diferendo, con base a un manipulado consultivo, lo cual a la gente parece le importa poco y centra su atención más bien, en conocer prontamente que acciones emprenderá el Estado venezolano para plantar soberanía en el Esequibo, aunque me imagino que los que fueron adeptos al no, tendrán algo que decir, ante las irrespetuosas declaraciones del segundo a bordo del psuv, quien dijo que ellos estaban en un error al haber votado no, propuesta que según él, sacó más de 320 mil votos, sin que se pueda verificar ese dato.

De otra parte, creo que el gobierno se avergonzó el 4 de diciembre, de no haberle dicho oportunamente a sus seguidores, amigos, simpatizantes y “coincidentes” que el referéndum consultivo no era vinculante, esto es, que el Estado venezolano no está obligado a hacer nada, de lo que se planteó en las 5 preguntas y que el voto de los creyentes en la buena fe del régimen, seguirá camino hasta el infinito y más allá, sin que les importe para nada las opiniones vertidas, así salgan Maduro o Diosdado a desmentir lo contrario, desconociendo de paso una sentencia vinculante de la Sala Constitucional del TSJ, de enero de 2003, con ponencia del entonces magistrado Delgado Ocando, en donde sentenció que,

“el referendo consultivo es facultativo en tanto que su iniciativa dependa de la voluntad de ciertas autoridades competentes…y en cuanto a su eficacia jurídica, no tiene carácter vinculante, ya que consiste únicamente en una consulta a la población sobre su parecer en determinadas materias consideradas de especial trascendencia”.

Esa sentencia la dictó el TSJ/Sala Constitucional con arreglo al Artículo 335 de la Constitución de la República, que la faculta para ser la máxima y última interprete de ella, y por tanto, su decisión pasa a ser como una norma constitucional de obligatorio cumplimiento para todas las autoridades del país, así no se encuentre estampada en la carta magna, por tanto, toda la cháchara verbal que vienen dando los voceros del gobierno es errada, porque ignoran de estas situaciones, así que, a partir del lunes 04 de diciembre empieza una cuenta regresiva para el Estado venezolano a ver que va a  hacer con esos resultados, ya que tiene un lapso de caducidad en el 2024, con las elecciones presidenciales, y si no hacen nada, la ciudadanía que votó por el sí, se lo recordará con creces y porque además el Derecho Internacional Público, está a la espera de actuaciones sensatas y verdaderamente responsables, de parte del régimen, más racionalidad y menos show.

En este día, el pueblo venezolano que aceptó el mensaje del Gobierno o de sus partidos aliados de participar en el referéndum consultivo, irán a las urnas electorales a expresar su opinión, respecto de 5 preguntas relacionadas con el laudo arbitral de París de 1899, el Acuerdo de Ginebra de 1966, la Corte Internacional de Justicia, el mar no delimitado y la posible creación del estado Esequibo, tendrán que opinar entre un sí y un no.

Cada uno de esos temas, envuelve un considerable contenido histórico, jurídico y político que esperamos los venezolanos a participar del evento, hayan conocido y reflexionado sobre los mismos, por la importancia y fundamentación que los mismos tienen, para nuestra defensa irrefutable del Esequibo y porque además es un deber patriótico estar actualizados sobre este diferendo territorial y evitar así, ser objeto de tergiversaciones.

El asunto volvemos a insistir, es si era la institución del referéndum consultivo, la figura idónea para defender o restablecer nuestra soberanía nacional en ese vasto territorio ubicado al este de nuestro país. Ello porque su utilización, se puede convertir en un gran fraude popular, al no poder el Gobierno recuperar el Esequibo a la brevedad, o no ser reconocido este evento de derecho interno, por la comunidad internacional.

Y es que el tema del Esequibo, es una materia de especial trascendencia nacional, comprendida dentro de la seguridad de la Nación, que encuentra a partir del Artículo 322 y siguientes de la Constitución un amplio desarrollo legislativo, en donde se destaca que, la seguridad de la Nación, es “competencia esencial y responsabilidad del Estado, su defensa y responsabilidad de todos los venezolanos”; entonces cabe preguntarse, ¿esa norma constitucional, necesitaba de un referéndum consultivo para cumplirse?

Para quien escribe, este referéndum consultivo, parece más bien, un plebiscito, pues el esfuerzo del Gobierno y sus aliados, se ha centrado en que la gente vote 5 veces sí, dándole muy poco espacio al no, y no porque esta última posición sea contraria a la recuperación del Esequibo, sino porque con este referéndum, deja de cumplirse con inmediatez la Constitución y el gobierno maneja a su antojo el rumbo de este diferendo, con base a un manipulado consultivo.

También mientras escribía este artículo, tengo conocimiento de la decisión de la CIJ, sobre unas medidas cautelares solicitadas por Guyana, en donde pide al Gobierno venezolano, no realizar modificaciones al territorio en disputa, imagino que conociendo el contenido de las preguntas Nos. 4 y 5 del referéndum consultivo y reconoce que Guyana administra y controla el territorio Esequibo, con lo cual queda una vez más al descubierto que este régimen consintió (2004) la penetración guyanesa en él.

Los electores de este día, deben saber que, el problema por el territorio Esequibo, se ubica en el campo de las relaciones internacionales, que se rigen por tratados, acuerdos, convenciones o pactos, que en suma configuran el Derecho Internacional Público, cuya expresión en el presente caso, se hace realidad en el Acuerdo de Ginebra de 1966, y que en su normativa no contempla absolutamente nada, sobre la realización de este consultivo.

Así las cosas, ¿reconocería la comunidad internacional la legitimidad de este referéndum consultivo? entiéndase la aprobación que tendría el gobierno de ésta, para hacer presencia militar naval en el mar territorial no delimitado o aprobar la creación del estado Esequibo, aun cuando nuestro país a regañadientes, se encuentra litigando ante la Corte Internacional de Justicia, nuestros derechos soberanos sobre ese territorio.

Entonces cabría preguntarse ¿cuál sería el destino de las opiniones ciudadanas que a todo le digan que sí?, en tal sentido, podrían ser manipuladas, por cuanto el régimen como convocante del evento, diría que el Pueblo le dio plenos poderes, para actuar como quiera en ese territorio, aun cuando las 5 preguntas, planteaban otros asuntos y así, se podrá ver que también se otorgan concesiones económicas a los países aliados del régimen, en especial Rusia.

Este referéndum consultivo se lleva a cabo con la bandera de Guyana izada en la Serranía de Pacaraima, territorio Esequibo, sin que hasta la presente fecha se hayan tenido informaciones de que haya sido arriada o bajada, por las Fuerzas Armadas, garante de nuestra soberanía territorial y defensa militar; mientras esa bandera del invasor siga ondeando en el territorio y cielo venezolano, este referéndum carece de valor alguno.

Por último, que recuerden los electores de este día que, los resultados del referéndum consultivo no obligan al Gobierno a llevar adelante las propuestas no, que hayan podido salir avantes, sobre todo las preguntas números 3 y 5, pues con la decisión del pasado viernes 1° de diciembre, no dudamos que habrá actos de contumacia contra esta alta corte mundial y que la candidez nacionalista con este régimen es un grave error.

Táriba 03 de diciembre de 2023

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