Ezequiel Querales Viloria: Tocorón ¿O surrealismo socialista?

Compartir

 

Con meteórico descenso y sepulcral silencio, la nave espacial se posó sin levantar el mínimo grado de sospecha, sobre la emplanada de Tocorón,  en territorio del distrito Zamora, del estado Aragua.

Venida de los confines del universo, nadie sabe cómo ni cuándo, pero de tanto dar que hablar, se convirtió en fábula, mito, en peliagudo relato ciencia-ficción, para los pobladores de la acogedora región.

Tras el sigiloso aterrizaje, en volátil soplo de vertical acoplamiento, la extraña nave soltó de su vientre, una iluminada escalinata plateada, por donde rápidamente, descendieron centenares de criaturas de elegantes siluetas, como si fueran moldeadas por las prodigiosas manos de un insigne escultor, con sus rostros azulados y una asombrosa movilidad exponencial, como si volaran sin que se notaran.

Tras la retahila de exabruptos replicados sobre el patético caso Tocorón, la natural picardía del venezolano, no tuvo de otra que refugiarse en el universo de lo inimaginable, y elucubrar que los simpáticos extraterrestres, fueron quienes desplegaron planos, diseños, maquetas, para construir a la velocidad de un rayo, la novedosa y confortable fortaleza urbano-carcelaria, (zoológico incluido), devenida en pena histórica penitenciaria.

Todo un paraíso deslumbrante, en medio de la nada, encontrarían, los soñolientos combatientes de las unidades de batalla (UBCH), de Tocorón, Magdaleno y alrededores, agasajados los días previos, a pan y circo, cuando fueron llevados de mañanita, metidos en sus rojos atuendos, y la cara del mesías de la patria estampada en sus franelas, a defender “a sangre y fuego”, el proceso socialista del siglo 21.

La inverosímil historia, traduce que los asombrados marchistas, no resistieron tanto asombro, al encontrarse con aquel portento urbano, en su camino a la autopista regional del centro (ARC), cayendo de nalgas, al ver tanta magia junta, solo comparable a las maravillas del mar de la felicidad.

Según el fantástico relato, los aturdidos marchantes volvieron a su cabales, con la estridente voz salida del megáfono, que repetía, ¡Alto, Alto, Alto!.  ¡Cambio de planes!, emitida por la dama de cabello rizado y alborotado, que comandaba las acciones.

Todos se irguieron, cuando la oportuna dama, ordenaba en inconfundible acento andino, cambiar de aperos, para levantar sobre la  marcha, un muro alrededor de la maravilla descubierta, de manera que no pudiera ser visualizada por nadie más.

-Una vez concluido el muro- se le oyó anunciar, “desplegaremos un rótulo en letras gigantes que diga, “HECHO EN SOCIALISMO”, para ir con las novedades al jefe, y que sea él mismo, quien venga a constatar lo que hemos hecho con gran esfuerzo”.

Pasada la enfuria y tras maratónicas mesas de trabajo, a instancias de la oportuna dama, se aprobó establecer en el exótico lugar, una moderna y “democrática” urbe carcelaria-familiar, sin calabozos ni barrotes, que a la vez fungiera como centro de adiestramiento y formación de pranes socialistas para la exportación. A solicitud de los recluidos, se construyó un puente encubierto de 4 ½ Kms., hasta el lago de Valencia, para los deportes del Gran Escape. Todo se haría, bajo estricto asesoramiento cubano-sirio-libanés, y rígidas normas, “para que nadie, metiera sus narices” en el agresivo proyecto continental y solo intervinieran, estrategas en fechorías y politiquerías de alacranes.

El proyecto avanzó con tanto éxito, que hasta en la “cochinchina” se habla, de los asombrosos desmanes del Tren de Aragua salido de su seno. Una intensiva penetración socialista al corazón de la rebelión popular latinoamericana, en medio de la vorágine migratoria, jamás lograda por vía de las acartonadas estrategias del foro de Sao Paulo.

Pero como el repudio se les ha regresado con tanta furia y puesto el dedo acusador, en la llaga del socialismo del siglo 21, había que inventar al vuelo, “la otra verdad”: inculpar del escandaloso caso, solo al hampa organizada. Ahora, ninguna autoridad se atreve a dar respuestas convincentes, para no meter la pata, abriéndole paso a la libre especulación.

Sin duda alguna, el surrealismo socialista, con sus nuevos “babalaos”, aprendió a interpretar el INRI que presidía la cruz redentora de Jesús, pero en lugar de (Ígnea Natura Renovatur Integra: por ese fuego toda la naturaleza será renovada), trajo al imaginario, criaturas extraterrestres para que mutaran el INRI, en: Incapaces Nocivos Robolucionarios Indeseables Socialistas (INRIS).

ezzevil34@gmail.com

 

Traducción »