El presidente de Datanálisis, economista y analista de entorno, Luis Vicente León, advierte que la estrategia electoral del gobierno de Nicolás Maduro ha puesto a la oposición en una posición de «perder-perder», que coloca a las facciones que se enfrentan al chavismo en un riesgo real de irrelevancia interna y externa.
En un breve comentario presentado en su cuenta de Instagram, León sostiene que «no hay ninguna sorpresa con la nueva intervención del directorio, está vez de Voluntad Popular, por parte del TSJ. Forma parte de la misma estrategia oficial para estimular desgaste institucional opositor y fractura que le impida una estrategia unitaria, para abstenerse o participar».
El economista asegura que la elección parlamentaria se realizará el próximo 6 de diciembre, aunque el gobierno es consciente de que sus resultados no serán reconocidos por buena parte de la comunidad internacional.
«… Pero también sabe que sus movimientos en el CNE y los partidos le permiten escoger una oposición a la medida que participe (sin confianza de las bases) y una que se abstenga (sin oferta alternativa). La estrategia chavista es clara: Habrá́ una elección convocada por el gobierno, participará una oposición sin confianza de la población opositora y habrá́ una oposición institucional, también debilitada, que rechazará la elección y apelará a la continuidad de las autoridades para quedarse como está».
No obstante, el presidente de Datanálisis subraya que «pero el tiempo sin legitimación electoral la pone (a la oposición) en graves peligros futuros. ¿Cuánto tiempo más, sin elegirse ni producir resultados de cambio, puede pasar antes de que se haga irrelevante adentro y afuera? El gobierno ha puesto a la oposición en una situación de perder-perder. Si llama a votar no la acompañaran las bases y la abstención será́ demoledora. Si llama a la abstención, muestra sus fracturas (porque unos van a abstenerse pero otros van a participar) y no tiene una estrategia alternativa que genere nuevas esperanzas, lo que la debilitará».
Para Luis Vicente León, el riesgo político fundamental para la administración de Nicolás Maduro, en particular, y para el poder chavista es que surja «una propuesta de protesta civil a través del voto irreverente. Ese que no persigue ganar una elección ficticia, sino castigar, mover a la población del todo el país el día de la elección, aunque no sea competitiva, sólo para crear un momentum de lucha».
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