La semana pasada oí, en un programa de VTV llamado Chávez siempre Chávez, el discurso que dirigió, el 7/5/10, a los postulados para diputados por el PSUV. Los llamaba a tener abnegación, honestidad y desinterés personal en su futura labor. Tal cosa, decía, debe privar por encima de intereses de terceros, así sean sus dirigentes o gobernadores. De repente observé que ese video había sido intervenido. En varios momentos que la cámara enfocaba a los presentes, una mancha neblinosa tapaba a alguien. Inclusive sucedió con quien estaba sentado muy cerca de Chávez.
Me recordó haber visto la reproducción de viejas fotos del Sóviet de Comisarios del Pueblo, que era el órgano de gobierno de la URSS, donde se había borrado la imagen de Trotsky. Eran aquellos deplorables tiempos de Stalin. Tal vez no fue él quien lo ordenó, pero vaya que lo consintió. Es así como los burócratas convierten la política en cadalso. Alguna vez Chávez dijo Afortunadamente esta revolución no depende de un hombre… Pues bien, el borrado ya no interesa, el peligro está en el borrador.
