Jesús Alberto Castillo: Prohibido olvidar y equivocarnos de nuevo

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Estamos en Semana Santa y las redes sociales no paran los desmedidos ataques contra Manuel Rosales. Maldiciones van y vienen de sectores radicales de la oposición contra el gobernador del Zulia por su decisión de postularse a la Presidencia de la República en la tarjeta de UNT, como una señal de traición al plan “Hasta el final” de María Corina Machado. Para las fanatizadas voces es el beso de Judas Iscariote a Jesús en señal de entrega a los soldados romanos para su crucifixión.

Esta atmósfera de descalificación hacia Rosales es música para los oídos del régimen. Fue el plan perfecto que se propuso para tratar de salir airoso en las venideras elecciones presidenciales. Avivar más las contradicciones en la dividida oposición para que se despedace y pueda reinar el desaliento entre sus seguidores a no votar. Maduro y sus secuaces están muy claros. Saben que si la oposición se unifica y vota pierde a paliza. Los deseos de cambio de la gente y los números en las encuestas así lo indican.

Por tal razón, muchos hemos insistido en que la ruta es electoral. No debemos cometer el mismo libreto del 2018 cuando se satanizó la candidatura de Henri Falcón por, presuntamente, ser colaboracionista del régimen. Un importante sector opositor llamó a la abstención y los resultados fueron desastrosos. Maduro, con un alto grado de rechazo, continuó 6 años más en el poder y allí lo tenemos.

El tiempo demostró que ese sector se equivocó. Hoy Falcón sigue de este lado, apoyó a María Corina y hará lo que esté a su alcance para avanzar en esta lucha, como muchos otros venezolanos, incluyendo a Rosales. En política, como en la vida misma, debemos aprender de los errores para avanzar y lograr el éxito. Se nos está prohibido olvidar ese error histórico que hoy mantiene hundido en la más completa miseria a este esperanzado país.

Es lamentable, pero pareciera que muchos de los venezolanos tenemos memoria corta. Se nos olvidan las cosas de un momento a otro. Allí tenemos los casos de corrupción de Tareck El Aissami y ya se olvidó del ideario colectivo. Ya ni siquiera nos acordamos del terrible asesinato de Ronald Ojeda, mucho menos de Rocío San Miguel, todavía presa en un tenebroso calabozo en estos días de Semana Santa . Es una gran realidad que sigue presente en nuestra forma de actuar. Por supuesto, a esta amnesia general contribuye mucho el régimen con su hilvanada estrategia política y poderosa maquinaria propagandística.

Así que dejemos el olvido y procuremos asumir con responsabilidad los retos que tenemos por delante. Tenemos una importante cita el 28 de julio para salir con votos de este nefasto régimen. No hay excusas para concretar ese anhelado cambio que se respira alrededor. La real política nos obliga a ser pragmáticos. Nos guste o no, tenemos una cruda realidad ante nuestros ojos. Hay 12 candidatos postulados frente a Maduro.

La sensatez señala que debemos esperar el vencimiento del lapso de admisión para ver quienes entran en el aparato de carrera. Tendremos que escoger a quien verdad pueda darle la pelea al régimen. No con el que sea ungido por el dedo de los dioses. Hay que acabar con la cultura del mesianismo que tanto daño nos ha hecho en la política. Ese candidato, no es cualquiera. Debe reunir los deseos de cambio del país, un hombre con experiencia en la batalla política, sagaz, inteligente y perseverante ante las adversidades. Prohibido olvidar y equivocarnos de nuevo.

Politólogo, dirigente político y profesor universitario

 

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