Alejo García Sierra: Rememoremos el Congreso Admirable o Constituyente de Colombia

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Rememoremos el Congreso Admirable o Constituyente de Colombia Como consecuencia del comienzo del proceso emancipador el 19 de abril de 1810 en Caracas, provocó acciones similares en unos cuantos países Latinoamericanos. Al ser designado el joven Simón Bolívar en la misión diplomática a Londres, junto a Luis López Méndez y Andrés Bello, con la finalidad de buscar apoyo del citado país al reciente proceso emancipador de Venezuela, se inició el impulso Revolucionario del caraqueño para liberar a su patria, que tenía 300 años de esclavitud colonialista Española. Con la finalidad de consolidar el propósito Independentista de su patria, va al Monte Sacro en Roma en compañía de su amigo y maestro Simón Rodríguez. Al permanecer cierto tiempo en el lugar expresó: “Juro delante de usted, Juro por el Dios de mis padres, Juro por ellos, Juro por mi honor, y Juro por mi padre que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que no se haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”.

De regreso a su natal Caracas al escaso tiempo comenzó su brillante, apoteósica, fugaz y sobresaliente carrera militar y dotes de excelso Estadista que lo condujeron a liberar y gobernar varias nacientes Repúblicas como: La Nueva Granada el 7 de agosto de 1819, Venezuela el 24 de junio de 1821, El Ecuador el 24 de mayo de 1822, El Perú el 9 de abril de 1824 y la creación en las Altas Provincias del Perú de la República de Bolivia el 6 de agosto de 1825.

Pasado el brillante período de la liberación de esas antiguas Colonias Españolas y convertirlas en nuevas Repúblicas Hispanoamericanas, empezaron las dificultades en la vida del consagrado, apreciado y respetado El Libertador Simón Bolívar. Al transcurrir más de dos décadas de arduo y brillante carrera militar, política y estadística, comenzó a desmembrarse ese gran proyecto y sueño de la República de la Gran Colombia, propuesta y creada a instancias de El Libertador el 7 de diciembre de 1819 y aprobada por el Congreso de Angostura.

El sueño de El Libertador era construir una República grande y fuerte que pudiera competir en igualdad de condiciones con las potencias Europeas y mantener a toda costa su emancipación. Pero una serie de diferencias territoriales, políticas, jurídicas y sociales de Venezuela, Nueva Granada y Ecuador, de igual modo las grandes distancias de sus superficies y costumbres, acabó paulatinamente con ese gran proyecto y sueño de El Libertador de la Gran Colombia.

Aunado a esas diferencias territoriales y sociales, empezaron a aparecer en Venezuela en 1826 los resquemores de la clase política de nuestro país por pertenecer al régimen central de Bogotá. Así surgió el primer propulsor y ejecutor del inicio de la desintegración de la Gran Colombia fue el General José Antonio Páez. Asimismo, en la Nueva Granada fue el sempiterno contrariado de El Libertador, el General Francisco de Paula Santander y otros políticos de esa nación.

El citado militar llegó a atentar un magnicidio en 1828 en Bogotá contra el máximo líder del momento, en el Ecuador apareció el General José Obando, quién fue señalado de ser autor intelectual del vil asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, el 4 de junio de 1830 y en el Perú existieron varios militares y civiles desleales y conspícuos de la cusa patriota. Entre los más traidores estaban Riva Agüero y Tarre Tagle, quién en su condición de Presidente del Perú, se pasó al bando Español.

Ante este cúmulo de evidencias, dificultades, traiciones y amenazas que cada día arreciaban y destruían a la Gran Colombia, El Libertador Simón Bolívar al culminar la tormentosa Convención de Ocaña en 1828, convocó El Congreso Admirable o Constituyente de Colombia, para conciliar las facciones que se habían creado en el seno de la Gran Colombia. La invitación del Parlamento fue para el 24 de diciembre de 1828. Su instalación era para el 20 de enero de 1830 y se clausuró el 11 de mayo del año en curso.

Al instalarse el cuerpo deliberante Simón Bolívar presentó la renuncia al cargo de Presidente de la Gran Colombia. La misma no fue aceptada al momento porque el congreso sostuvo que entre sus facultades no estaba decidir sobre la materia. Al instalarse el Congreso fue nombrado presidente de la República Joaquín Mosquera y Vicepresidente Domingo Caicedo. A medida que continuaban las deliberaciones progresaba aceleradamente la desmembración de la Gran Colombia.

Al comprobar el Libertador que sus aspiraciones que ansiaba con la realización de la magna Asamblea Parlamentaria no avanzaban, decidió irrevocablemente renunciar al cargo de Jefe de Poder Ejecutivo.

En condiciones deplorables con escasos recursos económicos, vilipendiado, sumamente enfermo, grandemente decepcionado por los acontecimientos sucedidos, pensó en iniciar un viaje al extranjero. Sin embargo, su estado de salud no le permitió cumplir esa aspiración y sin recursos económicos no fue posible realizarlo. Ante tales hechos decidió irse para Santa Marta, donde el Alfarero de Repúblicas, el Genio de América y el máximo hombre público que ha tenido Venezuela, falleció en condiciones deplorables el 17 de diciembre de 1830.

Rememoremos el Congreso Admirable o Constituyente de Colombia y evoquemos su legado en estos momentos aciagos que padece la República de Venezuela.

 

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