Carlos Ñáñez: La justa mesura, una forma racional de evitar el charco del inconsciente

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Podemos perdonar a los árabes por matar a nuestros hijos. No podemos perdonarlos por obligarnos a matar a los suyos. La Paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros. Golda Meir.

Primero corresponde aclarar, que la mesura es similar a la prudencia, una virtud cardinal, además de que de la sana interacción de la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza deviene el orden como virtud y la claridad del pensamiento, así como el debate sin fundamentalismos, en esta última semana acudimos en esta modernidad líquida a un espectáculo horroroso perpetrado por el grupo fundamentalista palestino Hamás, en contra de civiles israelíes, la carga de violencia y brutalidad constituyen una lección sobre el coste del populismo demagógico, sobre la eficiencia de las democracias.

Este ataque no tiene comparación con ningún otro ataque sufrido por el Estado de Israel, ni la guerra de los seis días, ni la cruenta e inesperada guerra del Yom Kippur en 1973, en donde hace cincuenta años los ejércitos de Siria y Egipto atacaron por sorpresa a Israel hasta que las fuerzas armadas de israelíes tomaron el control y cambiaron la situación, lo ocurrido recientemente no se parece a la guerra de los seis días, ni a la guerra del Yom Kippur, lo ocurrido fue un retorno a las persecuciones del nacional socialismo, a los horrores de la indefensión de un pueblo aterrorizado, desvalido y solo que se escondía en sótanos, armarios e intersticios para evitar la muerte, en medio del Holocausto.

Loa ataques en los kibutz de Be′ eri y Kfar Aza, devienen narrativa satánica, del control total de estas comunidades por los terroristas palestinos de Hamás, quienes tuvieron la absoluta libertad para asesinar casa por casa, a los habitantes, padres asesinados frente a sus hijos, abuelos y abuelas degolladas, bebes ajusticiados, los sobrevivientes de este horror lo hicieron, emulando la conducta de supervivencia aprendida en el holocausto, encerrándose en armarios y sótanos, pidiendo ayuda a unas fuerzas de defensa israelíes quienes llagaron tarde.

Es necesario recordar, que la razón fundamental, de la creación del Estado de Israel, subyace en impedir para siempre, que los judíos tuviesen que esconderse por sus vidas, el Estado de Israel falló, hay que reconocerlo, el coste de primar en la detentación del poder gubernamental, permitió que se descuidaran razones prioritarias como la defensa y seguridad del Estado y sus ciudadanos.

Los israelíes habían subestimado por años, la capacidad del mal del terrorismo palestino, nunca debieron ignorar la presencia silente de Hamás, las torpezas del Estado de Israel para concretar la paz con palestina, el simple hecho de que la ocupación ausente de políticas de seguridad, se constituirían en una suerte de aproximación a la paz, bajo el lema de ignorar el problema, propiciaron este artero ataque terrorista, brutal, despiadado y cobarde, por parte de Hamás, no quiero caer en el simplismo de que Palestina no es Hamás, de eso se encargará la historia, pero las preocupantes manifestaciones de simpatía hacia una organización terrorista que hace vida en Palestina, ponen en interdicción cualquier intento por justificar este horror indescriptible, por cierto horror al cual se han añadido los regímenes de Turquía, Irán y Siria.

El Estado de Israel, cayó en una disfunción y preso del populismo, decidió abandonar temas sensibles de seguridad de estado, el populismo carismático del premier Benjamín Netanyahu, son en buena parte la causa tras este ominoso ataque al pueblo judío, Netanyahu privilegió los actos de las relaciones públicas, para morigerar su absoluta negligencia, poniendo por encima de los intereses nacionales o colectivos, los intereses individuales, la kakistocracia trepó en el gobierno del primer ministro Netanyahu, la ineptitud en los cargos públicos además de inmoral es corrupta, pues no promueve o premia a la cualificación sino la ciega lealtad, desde luego la lealtad no garantiza eficiencia, sino adulaciones al poder e imposibilidad para advertir al gobierno, de los riesgos a los cuales se expone el Estado.

La coalición del gobierno de Netanyahu, para 2022 es sin duda, una pléyade de incompetentes pero leales funcionarios a la figura del Primer Ministro, esto es gravísimo pues no solo hablamos de ineptos, sino de fanáticos mesiánicos y cuando la fe entra en el espacio político desaparece la tolerancia y con ella el debate ante la verdad, no queda nada por demostrar, solo regresiones para el debate nacional, entre fanáticos mesiánicos, oportunistas de oficio y pícaros, lograron que el Estado de Israel, ignorase problemas vertebrales como la seguridad y se focalizaron en la hipertrofia del poder político ilimitado, dividiendo a la sociedad bajo teorías abyectas de conspiración en enemigos del “Estado profundo”.

Las Fuerzas de Seguridad de Israel (FDI), en innumerables ocasiones intentaron advertir del peligro de la amenaza terrorista, el primer ministro jamás concedió una audiencia al jefe del Estado mayor de las (FDI) y cuando el ministro de Defensa, Yoav Gallant, intentó alertar a la opinión pública el Premier, lo destituyó, obviamente se vio obligado a restituirlo por las manifestaciones de molestia popular, esas conductas permitieron la calamidad de Hamás sobre los kibutz de Be′ eri y Kfar Aza.

Luego del trauma el sufrimiento y capacidad de resistencia judía, el único y más valioso tesoro del pueblo de Dios, esta uniendo a la nación , recuperándose de la conmoción los ciudadanos han llenado las brechas de la disfunción del Estado, donando sangre, atendiendo heridos, prestando sus hogares y donando alimento y ropa, cubriendo las necesidades en esta hora amarga, no importa lo que se quiera pensar de este conflicto, pero su principal causa subyace, en el populismo y la manera en la cual corrompió al Estado, esta calamidad debe ser una advertencia para las democracias del orbe. El Estado de Israel cuenta con la s ventajas militares y logísticas sobre sus enemigos terroristas y resentidos que hoy apuestan a su destrucción.

Israel necesita más que ayudas simbólicas, ayuda concreta y diplomática, que condenen el terrorismo de Hamás, los errores del Estado de Israel y de su gobierno no se pueden cambiar, la historia no permite tal prodigio, pero una vez se asegure la derrota de Hamás y de sus cómplices a nivel mundial, se deben de pedir cuentas al Estado de Israel, la sociedad israelí debe ser desintoxicada del virus del populismo, de los fanatismos mesiánicos y de la primacía de la lealtad sobre la capacidad, se tienen que hacer un esfuerzo transparente que conecte al espíritu social israelí con los ideales fundacionales de democracia, paz y libertad en su país y de paz en el exterior.

Finalmente la esperanza acompaña al pueblo de Dios, pero esta no debe obnubilar los errores cometidos por el gobierno de Netanyahu, sintetizados en tres: populismo, kakistocracia y fanatismo mesiánico, el mundo libre debe condenar los crímenes cometidos contra los israelíes por parte de un grupo terrorista como Hamás, la rabia y el odio no son mecanismos compatibles para establecer la paz y la otredad, insisto esta calamidad es la consecuencia del extravió político del gobierno de Israel, quien primo la perpetuidad en el poder por la seguridad de sus ciudadanos, demostrando cuan lesivo pueden ser los charcos del inconsciente de quienes ejercen el poder.

La humildad es el camino hacia la sabiduría. Golda Meir.

X @carlosnanezr – IG @nanezc

 

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