Neuro Villalobos: A propósito de candidaturas

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Cuando un líder político comienza a pensar que es imprescindible, que es insustituible, comienza a nacer un dictador. J.I. Lula DaSilva.

Aún cuando el presidente Brasileño ha perdido ascendencia entre sus admiradores y seguidores por sus veleidades comunistoides, la frase que encabeza este artículo es muy atinada y Dios quiera que los líderes políticos nuestros lo tengan en cuenta en sus actuaciones. Sobre todo, los que compiten en la elección primaria para que de allí surja el candidato de las elecciones presidenciales del próximo año 2024.

Aunque soy uno de los escépticos que creen que de esta dictadura no salimos con votos, considero factible lograr la unidad en torno a María Corina quien ha logrado remover las emociones
esperanzadoras de los venezolanos, incluso de quienes antes votaron por el chavismo, convirtiéndola en un fenómeno electoral que multiplica por 5 a su más cercano competidor para la elección primaria, por cierto hoy en peligro de realización por otro de los actos antidemocráticos previsibles del régimen de Maduro.

Creo que hay razones fundamentales para ir desbrozando el camino de muchas dificultades que la experiencia política señala. Vivimos un período histórico que exige de la dirigencia política empinarse por encima de intereses personales para pensar no sólo en las próximas elecciones, sino también en las próximas generaciones. Se requiere una unidad política de Estadistas que sepan interpretar los signos de las nuevas realidades para pasar de la Patria mítica de la cual nos habla Ana Teresa Torres, a la Patria posible y soñada por las nuevas generaciones de venezolanos.

Se trata de dejar el pasado a que lo escriban los historiadores dónde describan claramente que atrás quedaron los resentidos y rencorosos que han pretendido insertar nuestro país en una disparatada concepción ideológica en el presente, ignorando que esa Patria mítica surge de la memoria colectiva y de la necesidad de los pueblos, que no es una argucia ideada por algunas mentes clarividentes sino la respuesta de una sociedad a varias circunstancias y dentro de un conjunto de diferentes referentes culturales.

Los nuevos tiempos imponen construir el presente factible con los hombres y mujeres con que contamos, con sus capacidades, anhelos y posibilidades. Con una visión de país como la expresada en la Constitución Nacional vigente en su preámbulo y en sus Principios Fundamentales que la rigen como país libre, soberano, democrático y pacífico como debería ser; y con un programa de gobierno dirigido a satisfacer las necesidades más sentidas y siempre postergadas de las mayorías menos favorecidas del país en el corto plazo y que permita remover los vicios y deficiencias estructurales de la gestión pública en el mediano plazo.

Los candidatos desde ahora y hacia el futuro en libertad y democracia deben cumplir con el perfil exigido por la sociedad y que revelan las encuestas serias, como lo es, tener una amplia visión del
desarrollo económico y social, de sólida formación y experiencia, de franca interpretación de las esperanzas y expectativas de las mayorías, de sincero compromiso con el cumplimiento de soluciones ofrecidas y de reconocida honestidad. Obviamente, deben abstenerse las nulidades engreídas, así como los ansiosos y desesperados que siempre van a parar al cementerio de los políticos.

Nadie lo ignora todo, y nadie lo sabe todo, por eso aprendemos siempre, nos dice Paulo Freire. Aprendamos lo que es una simple lección de vida, que el poder es para poder construir en unidad de
todos, y eso es lo que nos ofrece María Corina en esta triste realidad que vivimos en el país. Dejemos atrás, en el olvido, a quienes forman esa izquierda borbónica como la calificó Teodoro Petkoff, que ni olvidan ni aprenden, y también a los fanáticos que responden solamente al dictado emocional o al interés grupal o personal.

nevillarin@gmail.com

 

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