El pasado 06-12-20 se realizó en Venezuela un acto electoral, que por sus características obliga a ser analizado con detenimiento en síntesis que lo convierta en un mensaje suficientemente claro, dado el carácter de su contenido social y político.
Anterior de lo dispuesto en el CNE que por analogía se rige por una ley de su contenido en la Constitución Bolivariana; al evento concurrieron debidamente facultados un total de 6.000.000 de votantes; los cuales originaron los siguientes resultados a saber, Primero: al acto concurrieron de una estimación de 21.000.000 de aspirantes al acto de votación nacional un total de 6.000.000 de votantes. El CNE comunicó por todos los medios de comunicación que 4.000.000 de votos correspondían al partido de gobierno, mientras que 2.000.000 pertenecían a la oposición, según las alianzas políticas respectivas. En términos porcentuales 19% correspondían al gobierno nacional mientras que un 10% le eran asignados a la oposición en esos términos ambas corrientes se ubicaron en un 29%. Ello indicó la presencia de un 71% de abstención, es decir, que década 100 votantes concurrentes a las urnas 71 no lo hicieron.
En paralelo: la oposición realizó una consulta a través de firmas, que a la postre, generó según los medios de comunicación un total de 6.400.000 firmas. De ello hay que hacer la siguiente lectura:
Mientras que el gobierno con un 29% de la población votante, lograba asegurar su propósito, junto con la oposición, esta obtuvo un 30,5% de firmas en comparación con la población nacional, superando la cantidad de votos recibida por el gobierno durante las elecciones.
Se estima que el país cuenta con una población estimada de 35.000.000 de habitantes. De estos 60% deberían participar votando. No obstante la realidad es que solo lo hicieron un 29%.
La realidad Venezolana, compatriotas es inocultable a la vista y el tacto nuestro. Las cuentas están claras. El pueblo perdió la fe, la confianza y la esperanza. Su rescate dependerá de que todos nos despertemos reaccionemos y actuemos, antes de que todo sea tarde. El costo que los venezolanos estamos pagando, se torna interminable.
Ese afán perverso, de convertir a nuestra patria en una fantasía se tiene que terminar hoy o mañana, pero se tiene que terminar sí o sí. Mañana será tarde y más doloroso. Solo es pueblo salvará al pueblo.
Ex Presidente de Central Cooperativa Nacional de Venezuela (CECONAVE) – ravil_45@hotmail.com
