En varios países del mundo ya ha comenzado la vacunación contra el COVID 19. Los científicos merecen todo nuestro reconocimiento por haber logrado la vacuna con la celeridad requerida. Ante esta realidad, ante la campaña de vacunación que se inicia, es necesario encarar el hecho con las virtudes dianoéticas que Aristóteles distinguió, a saber:
El arte, que no es otra cosa que la debida tekhné; la ciencia, que no es más que el apropiado episteme; la necesaria prudencia, la phrónesis; mucha sabiduría, sophía; y, finalmente, suficiente entendimiento, mucho nous.
Estas virtudes fueron llamadas por Aristóteles virtudes éticas intelectuales, virtudes del alma. La diánoia (en griego, διάνοια), conocimiento discursivo, debe elaborarse con esa postura ética, con las virtudes éticas del ama.
Frente a esta tragedia que ha representado el Covid 19 para la humanidad entera, es oportuno que el carácter (ethos) que debemos expresar con nuestras acciones, eso que a lo volitivo, a lo deliberativo y a lo decisivo corresponde, sea hecho con conciencia. Queremos superar la pandemia, ello es lo volitivo; debemos deliberar sobre el mejor modo de hacerlo, así han procedido los científicos, sin ideologizar el método, y han tomado la decisión acertada acerca de cuál es la acción a ser desarrollada para el logro del fin deseado. La voluntad, pues, aristotélicamente considerada, se orienta al bien. Es lo que justamente procura el mundo académico, el mundo científico; es la esencia humana insoslayable que Ghandi invocaba como praxis necesaria en el campo del saber.
Repetir buenas decisiones nos forjará el hábito de proceder éticamente, por consiguiente procederemos adecuadamente. Evitemos un proceder inadecuado, no virtuoso, evitemos la repetición de malas decisiones. De cara a la realidad del Coronavirus, la insistencia en el “negacionismo” y en la prédica “antivacuna”, pasa a ser un vicio y no una virtud. El hombre prudente, el ser prudente, apela a la razón que viene a significar la virtud de elegir entre los extremos, no apela al medio en sentido aritmético sino en el sentido de rehuir al exceso o al defecto. Por ello, las virtudes dianoéticas sostienen las funciones racionales y cognitivas del alma. Ese es el camino que comienza a transitar la humanidad con el proceso de vacunación que comienza a realizarse a partir de estos días finales del 2020.