Alexander Görlach: ¿Está obsoleta la Iglesia Católica?

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No es usual encontrar un adolescente entusiasmado con la iglesia y la religión, por lo menos en Europa. Carlo Acutis era uno de ellos. En su escuela era considerado un genio de la computación, que asistía regularmente a misa. Era un joven alegre y servicial. En 2006 murió, con 15 años de edad, de leucemia.

El domingo pasado fue beatificado en Asís. Se suma así a las filas de mujeres y hombres a los que los católicos del mundo atribuyen una cercanía especial a Dios. El acto de la beatificación fue también expresión de la voluntad de arrancarle a un dolor inconmensurable un sentido más profundo.

La Iglesia debe reformarse

No hay nada que la Iglesia Católica necesite más por estos días que un rostro empático y humano, como el de Carlo Acutis. Se encuentra en su peor crisis desde la Reforma, y corre peligro de desmoronarse.

Nada lo evidencia con más claridad que el fallido pontificado del Papa Francisco. En lo intelectual no da la talla para fundamentar teológicamente sus ideas de reformas. Eso no quiere decir que sea un mal sacerdote o una persona deficiente. Semejante juicio le corresponde, si es que a alguien, solo a Dios.

Pero, como máximo pastor de su Iglesia, se le encomendó con su elección una gigantesca tarea, en la que ha fracasado. Francisco me recuerda por momentos a Barack Obama en su segundo período. En ese entonces, la consigna de los republicanos era que nada que emprendiera el presidente debía resultar. No debía haber colaboración alguna, ni un ápice de concesiones a su política. Así ocurre también en la Iglesia Católica: son precisamente aquellos archiconservadores portadores de sotanas, que generaron la crisis de la Iglesia con el abuso de niños y adolescentes, los que ahora hacen todo lo posible por sabotear al Papa y sus intentos de renovar la Iglesia.

¿Comunión para los divorciados? ¡Jamás! ¿Sacerdotes casados? ¡Oh, Dios, entonces todo el mundo tendría claro que la mitad del clero es homosexual (lo que no es nada malo, pero eso todavía no lo sabe la Iglesia)! ¿Mujeres en funciones directivas? ¡Jamás! Cristo fue un hombre. Francisco tiene la sensibilidad correcta para captar lo que debe cambiar, pero no puede organizar mayorías que lo respalden.

Las Iglesias ya no llegan a la gente

En Alemania, este drama se reproduce a su manera trágica: la planeada reforma de la Iglesia en el país del último gran cisma apunta a reaccionar a la pérdida de confianza de los creyentes y, al mismo tiempo, a crear estructuras en que la gente pueda vivenciar la Iglesia. Naturalmente, el extremo de la derecha aprieta el freno clerical e intenta desacreditar hasta la más mínima reforma.

Al teólogo protestante Ernst Troeltsch (1865-1923) se le atribuye la sentencia según la cual la Iglesia Evangélica se convertirá en una especie de iglesia interior, en la que cada uno tiene su propia espiritualidad. En Alemania, esto ha ocurrido en gran medida. Y la Iglesia Católica, según Troeltsch, se convertirá, por su parte, en una secta.

Mantener el poder

Por ese rumbo marcha la Iglesia Católica. Los fieles comenzaron hace más de medio siglo a apartarse de ella. La desubicada manera de pensar sobre la sexualidad humana y el rechazo de la planificación familiar fueron los detonantes. Finalmente, la iglesia no tiene nada más que decir sobre lo que motiva a la gente.

Hoy en día, la iglesia es destrozada desde su interior por aquellos que se resisten a cualquier cambio. Lo humano (por ejemplo, la empatía con divorciados) se rechaza y se califica como relativismo y abandono de la verdadera fe. Pero lo único que les interesa a aquellos es conservar su poder. Sin embargo, quien no se renueva, se hunde. Por eso ya nadie reza a los antiguos dioses egipcios. Se dice que Carlo Acutis sería nombrado por el Papa patrono de internet. Ojalá los archiconservadores no bloqueen también ese audaz paso. A fin de cuentas, no había internet cuando Cristo pasó por este mundo.

Es miembro del Carnegie Council for Ethics in International Affairs e investigador asociado del Instituto de Religión y Estudios Internacionales de la Universidad de Cambridge.

 

Traducción »

Sobre María Corina Machado