Freddy Ríos: 21 años en la vía dolorosa

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Vivimos tiempos infames en esta noble tierra, a cuatro zancadas y media de todos los paraísos imaginables. El manejo de la desinformación como control social, convirtió una Pandemia, cuarentena sanitaria, en casa por cárcel a tiempo indeterminado.

Caminamos hacia adelante en un retroceso abismal con cuentos malos. La dictadura -calificación que no le gusta a un politólogo con apellido de pueblo del sur de Aragua-, terminó siendo solo mentiras reiteradas y sistemáticas del chavismo, que intenta robarnos la verdad histórica, que recuperamos indubitablemente. No nos trajeron, nosotros llegamos aquí como unas cacaitas, de la mano de creer que la política, los políticos y los partidos, eran los únicos culpables de todos los errores de la República Civil, incluso de los cometidos por los propios caballos de Troya, incluyendo los nuestros.

El Largo Viaje.

Entonces, parece que fue ayer y van veintiún, no hubo quien tuviera el coraje de Hannah Arendt, los culpables no eran ellos, la responsabilidad era de los demás, de los otros, en fin de «la banalidad del mal». Fue la primera ola antipolítica que terminó con los notables y el enjuiciamiento de CAP. Con asta metálica y propósitos claros, fue montada para los concernidos, para el contubernio in-político, en lo que Habermas llamó oportunamente ‘Poder Comunicacional’. Hoy mejor conocido como lo denomina Surkov, Guerra Híbrida, es la de la posverdad, fakenews y truthiness. Así acabarnos con el proyecto más fructífero de la civilidad republicana.

Desde ese mojón referencial partió el militarismo. El Proceso dio inicio al culebrérico cambio de pieles, de Ceresole a la Hoernecker, después a la Revolución Bolivariana y con los Castros al salto mortal el Socialismo del Siglo XXI. En cada escalón la corrupción, que comenzó con el Bolívar 2.000 y continúa hoy como todos conocemos, revienta un nuevo escándalo nacional e internacional, que los hunde en las cloacas de la anti historia.

Es Crimen Organizado, no Estado Fallido.

La corrupción trajo al narcotráfico, la legitimación de capitales y al final, el Crimen Organizado Transnacional. El complejo militar-cívico demolió la legalidad y las instituciones. Ya estaba destruida la infraestructura que sirve de soporte a la economía productiva.

Con el Coronavirus se desataron todos los demonios dentro del caos Económico-Político-Social. La falta de mantenimiento disparó todos los desequilibrios sectoriales complejos y permanentes, con interrupción de servicios: Eléctricos, Hídricos, Gas, Combustibles, Alimentos, Medicinas, y un largo e interminable etcétera

La opinión de que la dictadura está poblada de ignorancia funcional, desprecio a la meritocracia, que impulsa la ineptitud, promueve la incompetencia es vasta, generalizada, inocultable, y extendida en toda la población.

Los niveles de toma de decisiones no tienen ni conocimiento, ni experiencia, y por todas estas razones el horizonte tiene una calina olorosa a caos y anarquía. En fin Corrupción Política.

El chavismo es Dictadura.

La Dictadura ha apelado a la magia negra de convertir fracasos reales en éxitos mediáticos. Es de importancia como el Estado Fallido, intenta mediante un TSJ ilegítimo, creado al margen de la CRBV, desconocer la Legítima Asamblea Nacional Electa por el pueblo. Destruyeron el complejo refinador más importante del mundo y celebran histéricamente la llegada de 5 buques de combustible iraní que no resuelven el problema ni a mediano plazo, mientras tratan de crear mediáticos sueños imposibles.

El chavismo tiene más de dos décadas de mentiras sistemáticas, destacando logros y triunfos virtuales e inexistentes: “la gasolina iraní resolvió definitivamente el problema”. Son unos artistas desviando su culpa a los demás: “Trump, el imperio, la oposición apátrida”. Declarando victorias de circo permanente: “30A, Pandemia, Macuto y Chuao, DirectTV”. También creando maniobras para distraer: “La Mesita, Parra, El Convenio Irán-Venezuela”.

La única realidad que se destaca persistentemente como el Relámpago del Catatumbo, es que un Puente sobre el Orinoco no justifica la destrucción sistemática del país productivo que existía en 1998 y el robo o dilapidación de ingresos superiores a 2.912.457.000.000 de US$.

La Destrucción como Política.

En este apretado análisis es obligado incluir la criminalidad que carcome a Venezuela, situándola como uno de los países más peligrosos del orbe. Sume a los colectivos oficialistas, las bandas y pandillas jefaturadas por pranes. Sume la convivencia militar-policial, y añada las acciones de los grupos de la. narcoguerrilla y terrorismo colombiano del ELN y las FARC, implicados además en todo género de Tráficos Ilícitos. Como aditivo, sume el resto superviviente de las autodefensas y otros grupos paramilitares colombianos.

Agréguese la diáspora de más 5.500.000 de venezolanos que deambulan por el globo, migrantes sin destino cierto o viajeros de one way ticket, lo cual es y sería desastroso. El único país del mundo que exporta talento con formación tecnológica y académica, y donde la gente muere de hambre y falta de medicamentos. Donde la criminalidad, como señaláramos, tiene la tasa más alta del universo, siendo su crisis mucho más severa que la sufrida por Estados Unidos cuando la Gran Depresión y ello no es precisamente conchas de ajo.

Vivimos en Estado de Desabastecimiento General y permanente desde el año 2010, cuando Chávez declaró la Guerra Económica contra los enemigos de la más ruinosa Robolución de la historia de la humanidad.

En este panorama la antipolítica ha tenido más éxito que la política, lo cual es además de una contradicción, una barbaridad irracional. Las encuestas, -que podrían reflejar sesgos e indicadores- y sobre las cuales este opinador tiene profundas dudas, casi todas señalan que Maduro tiene una evaluación negativa cercana al 85%, los opositores rondan el 98 %, y el 94 % de la gente tiene una visión negativa de la oposición y del régimen. No se pueden dejar por fuera dos hechos, que el 70% considera mala la gestión de Maduro y también 99% califica como mala la gestión de la oposición. Una contradicción inocultable.

En estas cuentas vistas al voleo algo no cuadra, pareciera que son un invento tragicómico, a lo mejor producto de la mala intención, o del azar, por no decir que se deben a la no utilización de los estándares internacionales.

La Mesita y Parra SRL.

No podemos dejar de mencionar en esta nota la mala imitación de la Oposición Oficialista al servicio de Putin que se conoce como La Mesita, un pelotoncito de personal de franquicias que solo les queda el nombre y cuyo papel es oxigenar al régimen. Son «respiradores» de mala calidad para casos de UCI, dentro de ellos destaca el proponente de la tregua, como solución a la guerra civil, que acaba de perder a su vocero mediático más destacado.

La entrevista a Falcón en el programa que tiene nombre de enfermedad, lo retrata de cuerpo entero. Es el vacío empacado al vacío. «Los demás» del mercenariato no cuentan, son el residuo de todos los residuos, mucho más que los «otros», donde se incluyen en las Nomenclaturas todo lo que no tiene importancia estadística. Partidas Residuales se denominan técnica y legalmente.

La mentira es la política.

La narrativa de la Dictadura es un discontinuo tejer y destejer. El discurso no tiene trama y urdimbre, tome un caso y póngalo bajo el ‘telescopio’. Macuto y Chuao que termina en La Colonia Tovar. Cliver Alcalá en Colombia apoya a Guaido, planea con Goudreau la intervención y detención de Maduro, aparece JJ.Rendon y el contrato, son penetrados por un agente doble, USA le pone precio a la cabeza de la Nomenklatura e incluyen a Cliver, ocurre la muerte/ajusticiamiento de 8 personas, la denuncia la hace Diosdado y de pronto aparece preso un testa del Mazo, Franklin Durán. ¿Qué pasó? Hay un amplio espacio para conjeturas. Lo mismo que pasa con el ex representante republicano en Florida y asesor estratégico David Rivera. Los errores grandes y pequeños están al orden del día y mucha gente jugando posición adelantada, muchos egos desbocados y mucho vivo buscado arrimarse al poder.

Sin gasolina y no hay transporte, sin transporte no hay logística. Continuará el desabastecimiento por falta de producción agrícola e industrial, los productores no tienen inventarios de insumos, ni de materias primas. La dictadura paralizó la economía real. Venezuela depende del componente importado. Importaciones no hay. La dolarización está impulsando un proceso especulativo. Con la Dictadura es imposible producir y abastecer. El discurso es la mentira.

Después de 4 rondas de negociaciones fracasadas, en las cuales el chavismo tiro la mesa en todas. Rompió los preacuerdos alcanzados y irrespeto a sus facilitadores, fueron sustituidos por plumíferos del tutti quanti. Se tiran al piso por una nueva ronda o una tregua, ya pasamos los terrenos de creer en pajaritos preñados, al fin y al cabo hay que ir al combate serio, cualquiera él sea. Basta ya de experimentos, la política es cosa seria, es oficio de políticos, y hoy de la neuropolítica. Como decía el viejo Pompeyo, “la salida será inédita”. Hay que coger línea: “Por sobre las tumbas adelante” decía Betancourt.

 

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