Gustavo Villasmil Prieto: Nicaragua o la perversión como ideal

  El comunismo no es un gran ideal que ha sido pervertido. Es una perversión que…

Gustavo Villasmil Prieto: Palmeras en la nieve

  Quién dirige el aire Quién rompe las hojas De aquellas palmeras que lloran Pablo Alborán…

Gustavo Villasmil Prieto: Shlomo

  1992. Era maravilloso contemplar la puesta del sol sobre el mar frente a Tel Aviv…

Gustavo Villasmil Prieto: La muerte de Adán

  Avenida Baralt, en Caracas, a boca de metro. Una rara sensación flotaba en el ambiente,…

Gustavo Villasmil Prieto: El sueño de mi padre

  «Salud para todos en el Año 2000». Así rezaba la consigna lanzada en 1978, año…

Gustavo Villasmil Prieto: Para ver luz

  Después de las tinieblas espero la luz. Job 17,12. La calle amaneció sucia el primer…

Gustavo Villasmil Prieto: Pasteleros en la propia cancha

  Amo el futbol. Lo amé desde niño, cuando alineando como defensa central del equipo «rojo»…

Gustavo Villasmil Prieto: Venezuela entre optimistas y cazagüiros

  Dos tipologías parecen estar ganando terreno en medio del trágico momento nacional venezolano. Por una…

Gustavo Villasmil Prieto: Caracas, la horrible

  De tanto ajarlas, toda la narrativa, la poética y la pictórica sobre Caracas que una…

Gustavo Villasmil Prieto: El sábado de Snowball

  A cada puerco le viene su San Martín –dijo el demandado. Francisco de Quevedo, La…

Gustavo J. Villasmil-Prieto: Las élites bobas

La ocupación de las instalaciones de El Nacional por orden judicial el pasado 14 de mayo…

Gustavo Villasmil Prieto: Un extraño caso de Lutembacher

  A la memoria de mi maestro, rector Carlos Alberto Moros Ghersi. El impresionante tamaño de…

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