Mar de Fondo.
Los inversionistas globales están optimistas ante la posibilidad de un cambio de régimen en Venezuela, lo que reintegraría al país a los mercados financieros internacionales.
La esperanza reside en una mejora en las condiciones geopolíticas que facilite el acceso a capital extranjero, aunque esto necesariamente pasa por un cambio del régimen narcoterrorista de Nicolás Maduro y su banda, que han destruido y saqueado la nación.
A pesar de la importancia del petróleo, principal recurso de Venezuela, son las dinámicas geopolíticas las que actualmente determinan el futuro económico del país.
Los inversionistas observan con atención, apostando por una apertura que podría revitalizar la economía venezolana y generar enormes oportunidades en los mercados internacionales.
Las tensiones entre Washington y Caracas, junto con las negociaciones sobre sanciones, son vigiladas de cerca por los mercados.
Un alivio de las tensiones y una transición política en Venezuela acabarían con la catastrófica crisis humanitaria que sufre el país el valor de los emprendimientos, industrias y comercios venezolanos, ofreciendo retornos significativos a quienes han mantenido estas inversiones de alto riesgo.
Pero, más importante aún, sería la llegada de empresarios globales interesados en hacer negocios en Venezuela, dadas sus enormes potencialidades, siempre y cuando exista un marco jurídico que garantice la seguridad para los inversionistas.
Esto generaría una gran cantidad de nuevos empleos con buenas remuneraciones, lo que activaría de inmediato la economía nacional.
En resumen, los inversionistas están atentos a los movimientos geopolíticos, confiando en que un cambio de gobierno pueda transformar el panorama financiero de Venezuela y reactivar su economía.

