Mar de Fondo.
Con el suelo temblando bajo sus pies, Jorge Rodríguez, uno de los principales colaboradores de Nicolás Maduro, lanzó una denuncia cargada de falso dramatismo sobre supuestos “sectores extremistas de la derecha local” que planean detonar explosivos letales en la embajada de Estados Unidos en Caracas.
¡Puro teatro barato!… Un melodrama ficticio de un mecanismo de defensa conocido en el mundo de la psiquiatría como “proyección”, ya que eso es justamente lo que ellos quisieran hacer.
¡Volar en mil pedazos a Estados Unidos!
Cubierto con una piel de oveja, Jorge Rodríguez dice haber alertado a Washington, en un grito desesperado que huele a maniobra para desviar la atención de su inminente caída.
Este supuesto complot no es más que un intento burdo de pintar al régimen como víctima, de encender el miedo y justificar su represión, mientras el poder se les escapa de las manos.
Con el país al borde del cambio y la presión internacional, encabezada por Estados Unidos apretando, Jorge Rodríguez agita fantasmas de guerra para aferrarse a una silla que ya no les pertenece.
¡Es el estertor de un régimen acorralado!
La verdad no se oculta con cortinas de humo, ya que Venezuela ha despertado, y no hay falsas banderas que puedan apagar su clamor por libertad.

