Vamos aceleradamente hacia una sociedad de tejidos. Ya no hay culturas encerradas sobre sí mismas. Un concepto de desarrollo sostenible pasa obligatoriamente por ellas.
Debe haber, por ejemplo, una nueva alianza entre ciencia y desarrollo sostenible. Una al servicio del hombre, de su rescate como sujeto de historia. Cultura no es expresión estática ni una colección de simplismos; por el contrario, es una complejidad que evoluciona. Esta dinámica evolutiva envuelve a la economía y, por supuesto, a la política. Cultura y desarrollo son indisociables porque el desarrollo de lo humano no es otro que la plena realización de las personas mediante el aumento de sus capacidades y oportunidades, amén de mejores condiciones materiales para la vida cotidiana que le permitan la realización afectiva e intelectual.
No puede haber entonces una política de desarrollo sin una política cultural ni una política cultural no insertada en la política de desarrollo. Hablamos de desarrollo humano, o con expresión que nos gusta más, desarrollo en lo humano, no de desarrollo simplemente.
El concepto mismo de bienestar es relativo. No puede existir sin la mirada expandida. Y es en este sentido la concepción a aplicar, que la cultura es la finalidad del desarrollo, su nuez central. La concepción del bien común y hasta de la pobreza misma son definiciones culturales a las cuales deben adaptarse los programas de desarrollo y no al revés.
En suma, los viejos conceptos de desarrollo se han cambiado hacia el de desarrollo humano, rompiendo los límites del crecimiento económico para incorporar los derechos a la libertad, a la participación y al mejoramiento de su calidad de vida, al mantenimiento de los derechos culturales. indisociabilidad
Igualmente, así como hay un nuevo concepto de desarrollo lo hay también de cultura, uno que hace escapar el concepto de bellas artes o folclore para llevarlo hasta expresiones creativas en movimientos socioculturales emergentes. Para ello debe darse al hombre el elemento esencial, el de la capacidad de concebir formas y concretarlas. Cultura viene de colere (cultivar, hacer crecer). Es precisamente cultivar lo que requerimos y lo que considerábamos como los objetivos deben ser los medios.
@tlopezmelendez