Como consecuencia de la paralización de las plantas de catalítica de Amuay y Cardón, la escasez de combustibles en las bombas surtidoras de gasolinas dolarizadas y subsidiadas es pública y notoria.
Entre las consecuencias encontramos falta de transporte público y privado, las faenas agrícolas y pecuarias semi paralizadas, actividades de todas las fuerzas vivas que dinamizan económicamente al país angustiosamente ralentizadas.
Por parte del sector oficial, no ha habido una información oficial que sosieguen a los ciudadanos, se desconocen las acciones correctivas dentro de las instalaciones de las refinerías de Amuay y Cardón, tampoco hay fecha de responsabilidad y compromiso para la solución de tan vital problema socio económico.
Por las redes sociales, llegan algunos videos y tips indicando que el combustible que está saliendo al mercado es una corriente de hidrocarburo reformada, cuyas propiedades organolépticas no es la habitual de las gasolinas que tradicionalmente surtían al mercado interno venezolano. Entre estas características actuales, encontramos turbidez, color marrón oscuro, baja presión de volatilidad, olor aromático, indisolubles en suspensión y muy residual al tacto.
Se desconoce, por falta de información oficial su Presión de vapor reid (debe ser 7,5 psi), MOM, ROM y el octanaje, por lo menos esos cuatros valores son esenciales.
Es una estafa al usuario vender una gasolina en 1,5 $/l fuera de las especificaciones que lo exige la normas básicas de COVENIN y las resoluciones del ministerio de energía y petróleo al respecto.