Las muertes de los viejitos por el abandono del Estado son delitos de lesa humanidad, dijo Falime Hernández

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Una gran movilización hubo en todo el país el lunes de esta semana, Día del Adulto Mayor, en el inicio de una campaña de presión para que el Ejecutivo Nacional atienda la situación de más de 4.500.000 ciudadanos mayores de 60 años (casi la sexta parte de la población venezolana) que están pasando hambre y necesidades por falta de una política de atención, declaró el profesor y abogado Falime Hernández.

El presidente de la Federación de Trabajadores Sindicalizados de la Educación (Fetrasined), en declaraciones suministradas a El Impulso, dijo que ese gran número de venezolanos están pasando trabajos por las pensiones de miseria que están recibiendo.

Hay un abandono total con lo que tiene que ver con la seguridad social, afirmó. Porque estas personas requieren de tratamientos médicos debido a las enfermedades que padecen y, por supuesto, necesitan medicinas, las cuales no pueden comprar con la escasa cantidad de dinero de las pensiones.

En esa situación se encuentran pensionados y jubilados de la educación, prosiguió. Son innumerables las muertes de las personas de la tercera edad ocasionadas por la falta de atención, ya que los hospitales, como todos sabemos, se encuentran en situación precaria al punto que los pacientes o sus familiares tienen que sufragar los gastos de hospitalización por el descuido manifiesto del Ejecutivo Nacional.

Esas muertes de adultos mayores por abandono del Ejecutivo Nacional entran en la calificación de delitos de lesa humanidad, ya que el Estado está obligado a prestarles atención a esas personas por ser seres muy vulnerables. Y los responsables pueden ser castigados, desde el punto de vista de la justicia internacional.

Debe entenderse que con esas pensiones que han sido fijadas por el Estado no son suficientes para atender las necesidades, en especial el hambre, que tienen los adultos mayores.

La situación para esta población desprotegida se agrava por la crisis de la salud, la especulación con los productos de primera necesidad y, por supuesto, por la falta de una política humanitaria del gobierno, al cual no le importa el sufrimiento del pueblo.

Al adulto mayor no se le ha tomado en cuenta el trabajo que realizó cuando estuvo activo y su contribución al país, alegó. Y cuando ya vive los últimos días de su vida, que debieran ser agradables, se le condena al sufrimiento. De allí que nuestra convocatoria a la movilización, el lunes, surtió el efecto esperado porque los adultos mayores que pudieron hacerlo, salieron a la calle y también sus familiares.

Pacífico Sánchez – El Impulso

 

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