La guerra de Occidente y China por los chips

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Los semiconductores se han convertido en un campo de batalla de la geopolítica global entre Occidente y China. El temor a que el rival alcance la supremacía en esta tecnología está provocando una escalada de prohibiciones comerciales entre los dos bloques, amenazando con generar problemas económicos y de suministro.

La administración de Joe Biden ha ido retirando licencias para exportar algunos de los chips de última generación. El objetivo es evitar que China utilice los semiconductores estadounidenses en el desarrollo de su Inteligencia Artificial (IA) y armamento militar.

Las limitaciones comenzaron en la segunda mitad de 2022, con Estados Unidos retirando licencias de exportación de chips a China para algunas empresas, que incluyen a NVIDIA y AMD. La labor diplomática de EEUU extendió estas restricciones a Países Bajos y Japón, donde están tres de las grandes empresas de microchips globales: ASML, Nikon y Tokyo Electron.

Chips 2023
Chips 2023

La guerra del chip entre EEUU y China traslada la batalla a Micron y Nvidia

Las empresas estadounidenses alertan de que esta pugna entre potencias provocará “enormes daños” y dejará en papel mojado el plan millonario de Biden para fomentar la industria mientras la amenaza de recesión toma forma.

La pugna por el liderazgo tecnológico entre China y Estados Unidos pasa a otro nivel. En esta ocasión, el protagonista es el fabricante de semiconductores Micron Technology, cuyos productos han sido vetados en el gigante asiático bajo el argumento de que suponen una amenaza para la seguridad nacional. Con ello se abre un nuevo capítulo bélico entre ambas potencias ocho meses después de que en octubre de 2022 el Departamento de Comercio americano ampliase el alcance de sus sanciones al ámbito de los chips bajo el mismo pretexto. Hasta la fecha, la respuesta de Pekín no había ido más allá de reproches verbales. Ahora que ha decidido entrar en acción las disputas han llegado a una dimensión diferente en un pulso que se remonta a la era Trump con el veto a Huawei.

La reacción inicial del mercado fue la de penalizar a los títulos del citado Micron, con un retroceso de casi el 3% el pasado lunes, el día que trascendió la decisión, una reacción similar a la de octubre, dado que el 11% de los ingresos de esta compañía proceden de la ‘fábrica del mundo’, según datos recopilados por ‘Bloomberg’. Pese a ello, algunos analistas aseguran que tendrá un impacto “limitado” en la firma, al igual que para China, ya que sus productos pueden ser “fácilmente” reemplazados por proveedores surcoreanos como Samsung o SK Hynix. El problema escalaría a mayores en caso de que las penalizaciones incluyeran a Qualcomm o Intel, cuyos componentes son más complicados de sustituir.

Sin embargo, en esta ecuación ha aparecido un nuevo integrante ‘made in USA’: Nvidia, que ha eclipsado estos acontecimientos. El fabricante de semiconductores ha dado un golpe de efecto en la mesa con la presentación de sus resultados, que batieron las previsiones del mercado y, sobre todo, de sus perspectivas. De la mano del desarrollo de las infraestructuras de centros de datos para atender la demanda relacionada con la inteligencia artificial, prevé casi doblar su facturación durante el trimestre actual, pasando de los 7.100 millones de dólares contabilizados entre enero y marzo a los 11.000 millones al cierre de junio, mientras su beneficio se ha disparado un 26%.

Los inversores se han rendido por completo a estas cifras y han empujado su capitalización en más de 200.000 millones de dólares -Inditex vale algo menos de 100.000 millones de euros-, hasta rozar el billón, una barrera reservada hasta la fecha para colosos de la talla de Apple, Alphabet, Microsoft y Amazon. El bróker Susquehanna lo ha llegado a calificar como “la mayor sorpresa de resultados de la historia”. De hecho, los inversores bajistas apostados en corto contra la acción  habrían perdido unos 2.300 millones de dólares solamente el pasado jueves y de 8.100 millones en lo que va de año, según datos de S3 Partners LLC, recopilados por ‘Bloomberg’, después de que los títulos de Nvidia hayan más que duplicado su valor al pasar de los 146 dólares por acción a los 389 dólares, un 166% más. La valoración supera con creces las magnitudes de su negocio en el momento actual, una muestra de que ya se descuenta que puede convertirse en un líder en este ámbito.

El impulso ha servido para dar un salto a las compañías de semiconductores. Prueba de ello es que el índice ICE Semiconductor, acumula una revalorización en el cómputo anual superior al 40% protagonizado por Nvidia, que también encabeza las subidas en el Nasdaq 100 y el S&P500. Para hacerse una idea, el Nasdaq 1000 rebota más de un 23% desde enero. En términos semanales, el rebote ha sido superior al 10,6%. No hay que olvidar que el sector viene de sufrir un duro golpe en el que la crisis de semiconductores tras lo peor de la emergencia sanitaria ha puesto en serios aprietos a muchas empresas que abarcan desde la telefonía móvil a las automovilísticas.

Los inversores ven un potencial para Nvidia en la IA, mientras su CEO, Jensen Huang, de origen taiwanés, advierte sobre esta escalada de tensión, que puede provocar un “enorme daño” a Estados Unidos y traslada el foco de preocupación a la posibilidad de que las empresas chinas sean capaces de desarrollar sus propios chips y compitan con esta empresa en negocios como el de los videojuegos o la inteligencia artificial. “Si nos privan del mercado chino, no tenemos un plan contingencia para eso. No hay otra China”, precisa.

La situación ha abierto el debate sobre la necesidad de relocalizar esta industria estratégica. La propia administración Biden ha puesto en marcha la Ley de Incentivos para la Producción de Semiconductores y Ciencia (CHIPS Act, que persigue fomentar esta industria a nivel nacional para evitar la dependencia de terceros y sacar músculo frente a China, que es su principal competidor en este campo. El plan comprende 280.000 millones de dólares, de los cuales 52.000 millones irán destinados a subvenciones para construir instalaciones y apoyar la investigación. A este respecto, Huang no ve sentido al despliegue de esta norma tras el bloqueo, pues en su opinión con la pérdida del mercado chino no ve necesario que el país eleve su fabricación.

En esta línea, la Unión Europea tampoco quiere quedarse rezagada y ha puesto en marcha una normativa a través de la que prevé movilizar alrededor de 43.000 millones de inversión. El objetivo pasa por doblar el peso de la producción de estos productos en la zona comunitaria, pasando de fabricar el 20% de los chips que se venden frente al 10% de estos momentos. Una iniciativa de la que España puede sacar provecho a través del Perte Chips, que dispone de un presupuesto de 12.000 millones.

En este contexto no hay que perder de vista a Taiwán, que juega un papel determinante a través de gigante TSMC, considerado uno de los principales fabricantes a nivel mundial, que ha avisado de un empeoramiento de las condiciones macroeconómicas, algo que ya han notado en sus inventarios en el arranque del año. La menor demanda a causa del freno de la actividad que se da en algunos países como Alemania, que ha entrado en recesión técnica, y la amenaza de que EEUU lo esté a finales de año enturbian las perspectivas. A esto hay que añadir la recuperación más suave de lo esperada en China tras el fin de la Covid- Cero que dibuja un panorama agitado para el mundo del chip durante la segunda parte del año.

Lainformación.com

 

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Sobre María Corina Machado