Jean Maninat: Amis y Hitchens

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Acaba de morir Martin Amis y uno no se lo cree, pues era de esa estirpe de personajes que parecía destinado, como los grandes soldados, a disolverse no a perecer físicamente. Menos aun en una cama, vencido por la misma y temible enfermedad que se llevó a su amigo, su gran pana, Christopher Hitchens. Se ha dicho hasta la saciedad que fue uno de los grandes escritores británicos de su generación, un cronista de su época, del Reino Unido que surgió de la posguerra y que revolucionó la cultura pop para que ya nunca fuera igual. ¿Cómo no mencionar a los Beatles, los Stones, los Who? ¿La psicodelia, los Mod y los Rockers, aquel alfiler en minifalda que bautizaron Twiggy, y el ocaso temporal del estirado Savile Road frente a la moda estridente y explosiva de Carnaby Street, allá en el Soho londinense?

Amis y Hitchens (The Hitch, lo llamaban sus amigos) formaron parte de una camada de brillantes escritores, poetas y ensayistas que crearon sus obras al mismo tiempo y en el mismo lugar, el Reino Unido. Salman Rushdie, Ian McEwan, Julian Barnes, James Fenton, y el Nobel Kazuo Ishiguro, conformaron eso que en la prensa suelen denominar “una constelación de estrellas”, quizás una de las más afortunadas casualidades de la literatura en habla inglesa. Entre ellos -no sin los roces habituales del medio literario- se tejió una camaradería, bien alimentada y bebida, que fue motivo de grandes envidias y bajas pasiones. En solitario ya causaban erupciones, manchas violáceas de celos, juntos era como mucho para la mediocridad militante.

Amis y Hitchens compartían la militancia de izquierda de rigor en la época, la practicaron desde la redacción de la revista New Statesman, y the Hitch nunca renegó de sus simpatías trotskistas, a pesar de ser uno de los más brillantes -y demoledores- polemistas en defensa de la sociedad abierta. Hitchens fue de los pocos intelectuales europeos -acaso el único- que apoyó la invasión de Irak por los EEUU, lo que le costó la excomunión, a él que era un fiero y elocuente ateo. Ambos eran ejemplares de raza de eso que los anglosajones denominan un public intellectual algo así como un intelectual que sale del closet académico dispuesto a ensuciarse el traje debatiendo a trompicones entre el mundanal ruido. (En la tradición de la famosa polémica televisada entre el periodista conservador William F. Buckley y el escritor liberal Gore Vidal, magistralmente mostrada en el documental Best of Enemies, una joya escondida en algún canal de pago).

Curiosamente, el último libro de Amis, Inside Story, (Desde dentro, 2021) es una suerte de eso que ahora denominan autoficción, una especie de rendición de cuentas con su familia (su padre fue el notorio escritor Kingsley Amis), los escritores que lo marcaron, Saul Bellow y Vladimir Novokov notablemente, y la agonía y muerte de su gran amigo the Hitch. Cristopher Hitchens escribiría su último libro Mortality (Mortalidad, 2012) desde su lecho de enfermo, en plena lucha en contra de la enfermedad que lo vencería finalmente a él y que más tarde también se llevaría a su gran amigo y cómplice generacional, Martin Amis.

Cheers mates…

@jeanmaninat

 

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