Las propuestas para rescatar la industria y el comercio en la frontera del Táchira

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En la frontera esperan la reactivación del comercio y la industria.

A ocho meses de la reapertura progresiva de la zona, el escenario para los municipios Bolívar y Pedro María Ureña sigue lóbrego e incierto

El comercio e industria siguen estancados en el Eje San Antonio del Táchira – Ureña. A esta conclusión llegan cuatro habitantes de la frontera, que han navegado por diversos nichos y conocen de fondo las necesidades de dos jurisdicciones que no terminan de despegar económicamente a ocho meses de la reapertura gradual.

Nelson Ureña, presidente de la Asociación de Aduaneros del Estado Táchira (Asoata); William Gómez, analista en temas en frontera; Isabel Castillo, presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio; y Álbaro Paz, presidente de la Cámara Social de Transporte de Carga Pesada (Casotranscat), asomaron sus propuestas para el rescate de la frontera.

Ureña y Gómez coinciden en la pronta puesta en marcha de una zona especial. La del experto en aduanas está enmarcada en la Zona Económica Especial de Frontera, mientras que la del analista en una Zona de Libre Comercio e Industria Fronteriza. Ambas desean el gran objetivo: dinamizar las localidades.

Me sumo a la pronta creación de la Zona Económica Especial de Frontera, la cual ya tiene su ley, pero hace falta el reglamento. Esta zona generaría bienestar y seguridad para los inversionistas nacionales y foráneos, daría confianza para que termine de reactivarse la frontera, apuntó Urueña.

La Zona de Libre Comercio e Industria que promueve Gómez, tiene como ejemplo las existentes en la Península de Paraguaná, que es turística, y la de Mérida, enmarcada en lo tecnológico y cultural. Se trata de un régimen territorial especial, que ya está en las leyes venezolanas y permitiría la exoneración de carga tributaria, arancelaria, entre otros incentivos fiscales que den paso a la inversión privada o la importación de productos de terceros países que compitan, en calidad y precio, con los del vecino país, subrayó.

Ambas zonas apuntan también a la generación de nuevos empleos y terminar con el desbalance que, a la fecha, beneficia a Colombia por las claras condiciones en las que se encuentra cada nación. Quizá el tiempo de aplicación de una u otra, señala el analista en temas de frontera, sea la gran diferencia.

Gómez recordó que tanto San Antonio del Táchira como Ureña continúan deprimidos y decaídos, punto que es respaldado por Nelson Ureña, ya que en la actualidad la desolación impera en los cascos centrales de las ciudades mencionadas.

Hay que cambiar el esquema, ya que no solo basta con la reapertura, la cual pese a que creó grandes expectativas ha demostrado que, a la fecha, no hay competitividad con el comercio colombiano. En el stock de los pocos comercios del lado venezolano, predominan los productos neogranadinos, señaló el también exalcalde.

De aplicarse bien, va a dar fruto para el desarrollo de nuevas empresas, más producción en las ya establecidas y nuevos empleos. La academia juega un rol fundamental en estas actividades. Son las que modernizarían todos los tratados y están al día con la ciencia, refirió el auxiliar aduanero.

Financiamiento, por favor

Isabel Castillo ve urgente que se restablezcan los financiamientos para los comerciantes y empresarios de la zona, lo que ayudaría a la adquisición de la materia prima e insumos.

Sin financiamiento no hay avance. Deben adaptarse y ser accesibles a la realidad de lo que se vive en frontera, donde el pequeño, mediano y gran empresario pueda ir a una agencia bancaria y salir con el crédito que se ajuste a sus requerimientos, prosiguió la representante de los comerciantes en el municipio Bolívar.

Para Castillo, estos incentivos deben ir acompañados del trabajo mancomunado con el gobierno nacional, regional y municipal, el cual debe dar el espaldarazo para que el escenario mejore. Si lo hacen así, estoy segura que pronto tendremos de vuelta la frontera dinámica que nos caracterizaba antes del cierre, señaló.

En lo concerniente al apoyo imprescindible de las autoridades, indicó que debe estar soportado con exoneraciones en impuestos y tributos que brinden mayores oportunidades de crecimiento a un comercio e industria aún deprimidos y sin opciones para expandirse. Esas exoneraciones deben establecerse por un año, como mínimo. El Seniat, ademas, no puede seguir exigiendo la máquina fiscal, que es muy costosa, añadió.

Calidad en los servicios públicos

Ofrecerle al comerciante, empresario, industrial e inversionista servicios públicos de calidad es un punto de gran urgencia en la frontera, manifestó Albaro Paz, representantes de los transportistas de carga pesada.

Estamos sufriendo cortes de electricidad de cuatro horas, de dos a tres veces en el día. Eso no solo nos acorta la producción, sino también nos pone en riesgo la maquinaria, enfatizó Paz, al tiempo que invitó a que las suspensiones sean programadas.

Otro punto al que se refirió es el tema del agua potable, pues en Ureña los empresarios se han acostumbrado a comprar agua de pozo, ya que por la tubería no sale. Espera que la construcción del Acueducto de La Mulata ayude a paliar esta problemática.

El caso del internet para las empresas de servicios es fundamental, principalmente para los auxiliares aduaneros. Si no tenemos luz, no hay internet, y sin este servicio no podemos transmitir datos, recalcó, mientras insistía en que es menester que el Gobierno apoye en el mejoramiento.

Paz sugiere que se debe aprovechar las buenas relaciones con la hermana nación y, de esta manera, traer electricidad por El Corozo y el mismo Internet, que se puede traer desde Cúcuta. Son cosas que podemos aprovechar y apoyarnos para una frontera más dinámica, más atractiva y para el bien de todos.

Gómez, Ureña, Castillo y Paz coinciden en el quinto punto de recuperación, que es el retorno de lo que antes funcionaba y aportaba empleos y dinamismo: reactivación del aeropuerto internacional Juan Vicente Gómez, desbloqueo del terminal terrestre de la frontera, extensión del horario a 24 horas por los puentes internacionales, restablecimiento del transporte público binacional y la puesta en marcha de las casas de cambio.

Sin duda, la tarea para la recuperación de la frontera no es fácil, sobre todo por los siete años que duró el cierre de frontera y significó el desmoronamiento de lo formal. Estas cinco propuestas están formuladas por cuatro ciudadanos que viven la zona, la sienten y han padecido todos los golpes que le han dado. Queda del lado gubernamental hacer hincapié en cada apartado propuesto. El tiempo pasa y el escenario no cambia aún.

Jonathan Maldonado – La Nación del Táchira

 

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