Jorge Bastidas C.: La construcción de la opinión pública ¿Hay opinión?

 

Reflexión y reacción al pensamiento de Michalski

Michalski es un maestro de la crítica a la experiencia de vida moderna. Este buen amigo fue mi maestro. Es un filósofo argentino que nos sugiere que no confundamos la manipulación con la incompetencia.

Él nos plantea la siguiente interrogante: ¿Quieren saber cómo funciona una gran parte de los mecanismos actuales de producción y diseminación de consenso y opinión pública? Muchas veces no es manipulación, sino sencillamente incompetencia del consumidor del discurso, aunque la manipulación nunca deja bailar al son que le toquen los capitales y políticos. Es decir, no solo es responsabilidad de los productores del discurso el acercarse a la verdad, también hay una responsabilidad moral propia en informarnos y educarnos.

En este sentido, les copio cómo pensamos y razonamos en la era de la “idiocracia” y sus posibles consecuencias, basándome en el planteamiento de Michalski. Imaginemos lo siguiente:

1- El sujeto llamado “A” es incompetente en un cierto tema X (aunque él no se dé cuenta de ello) y le interesa formarse una opinión sobre ese tema. Este interés que siente es un proceso inconsciente que vive el sujeto “A”.

2- El sujeto “A” consume un “debate” en YouTube entre los sujetos “B” y “C”, los cuales tienen posiciones muy opuestas sobre dicho tema X, siendo ambos especialistas de larga data en ello. Imaginen que el sujeto “A” está viendo el debate entre Zizek y Peterson, o entre Foucault y Chomsky y quiere tomar postura por algún tema explanado por ellos.

3- El sujeto “A” tiene que elegir entre la posición del sujeto “B” o la posición del sujeto “C” (ambas muy enfrentadas) Pero, como el sujeto “A” no es competente en el tema X debatido, no tiene criterios ni referencias válidas para juzgar los argumentos de los sujetos B y C (que sí son competentes en ese tema) Es como si un profesor de física cuántica quisiera evaluar a otro profesor sobre gastronomía típica en su concurso en la universidad. Ninguno de los dos podrá validar lo que diga el otro, y eso es lo que pretende hacer el sujeto “A”.

4- Entonces: ¿Cómo “carajo” un incompetente podrá juzgar los argumentos de los sujetos “B” y “C” para elegir por cuál de los dos tomar partido? Pues bien, sencillamente no tiene las herramientas cognitivas para ello. No obstante, debe y quiere elegir, pues su deseo de opinar sobre el tema X que es tendencia actual es muy poderoso. El sujeto “A” es gregario por naturaleza, vive la cultura de la inmediatez, de la sabiduría en cápsulas, de la ignorancia disfrazada de galimatías, del deseo incontrolable por opinar en las redes porque todos así lo hacen. Él vive de forma impersonal.

5- Conclusión: El sujeto “A” no tiene más opción que elegir al oponente que exponga las ideas más parecidas a las suyas, es decir, elegirá a aquel disertante que diga algo similar (o aparentemente similar) a lo que el sujeto “A” ya pensaba con antelación. Esto es un tipo de sesgo de confirmación y también reafirma lo dicho por Van Dijk (2011) cuando explicaba cómo actuamos los humanos en una situación comunicativa. Él sostenía que podemos cambiar o adaptar el discurso nuestro en un momento determinado de acuerdo a las identidades sociales y al contexto presente/vivido en la producción del discurso.

6- Proyección: Frente a su incompetencia en el tema, el sujeto “A” no tiene más opción que vulgarizar y banalizar el debate, y juzgar a los adversarios (especialistas) según su propio sistema ideológico de preferencias y creencias, o juzgar a cualquier otro que venga a opinar sobre el tema del cual “A” se cree ahora especialista. Esto no es más que un cúmulo de procesos inconscientes de identificación personal del sujeto” A”, y la obtención y divulgación de conocimiento en cápsulas que ahora este sujeto explana como verdadero conocimiento (el cual pudiera ser falso por la falta de sustento teórico y empírico)

7- Autoafirmación: El sujeto incompetente “A” concluirá dicho momento de ilusión y consumo ideológico ilusorio diciendo “¿lo ven? ¡Este especialista piensa lo mismo que yo!”, igualando su ignorancia supina al nivel de la sabiduría de los especialistas. Entonces, el sujeto “A” se sentirá competente en el tema X ya que la emoción de algarabía que sustenta su acción lo empuja a hacer semejante afirmación. He allí la razón por la cual muchos políticos buscan conectar con el pensar superficial de los votantes, para hacerlos a fin a su cápsula de sabiduría y provocar en ellos un sesgo de confirmación que a la postre terminará provocando un voto a su favor en las elecciones presidenciales. Tendremos entonces a muchos “A” defendiendo e imponiendo sus “verdades”.

8- Lo sociológico: El sujeto “A” termina luciendo como un competente entre incompetentes, y como un perfecto idiota y neófito entre verdaderos competentes, los cuales cada vez son menos en el mundo. Lo más grave del asunto es que el sujeto “A” puede tener la influencia o el poder que no tienen los sujetos “B” y “C”. En este caso, el sujeto “A” será el dueño de la verdad si ocupa posiciones de poder. La verdad es hija de su tiempo, y también es esclava de la autoridad. Si esto se viraliza en todos los países de occidente comenzará el imperio de la “idiocracia” y de la decadencia de nuestro sistema de convivencia social.

Entonces:

A) Bienvenidos al mundo ideológico y cavernoso (en términos platónicos) del sujeto “A” y sus seguidores (o votantes).

B) Bienvenidos a los debates de los militantes de la política venezolana, latinoamericana y hasta europea.

C) Bienvenidos a los debates y discusiones insulsas que se dan en las redes sociales.

D)Bienvenidos al declive de la investigación periodística seria en el mundo. No hay verdad por develar, solo capas de cebolla que son mostradas al mundo.

E)Bienvenidos a los debates en los cuerpos colegiados del poder público nacional (y hasta de algunas universidades)

Bienvenidos a la era de la pos verdad…

La era de la distorsión deliberada o inconsciente de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de opinar lo que se opina, de influenciar la opinión pública a favor de ciertos intereses, y de modelar actitudes sociales a conveniencia del _status quo_ ha llegado, y tal vez no caduque.

¿Habrá muerto la utilidad de la ciencia para la humanidad en esta era de la posverdad? A Dios ya lo matamos hace tiempo…veremos.

Profesor Universitario. Especialista Tributario. Magister. Candidato a Doctor en Contabilidad. Escritor. Amante de la vida. Nada de lo humano me es indiferente.

 

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