Román Ibarra: La lengua castigo del cuerpo

 

Es una vergüenza absoluta ver los malabarismos que hacen algunos políticos venezolanos, para aparecer frente a la opinión pública como todo lo contrario de lo que hasta ayer sostenían con vehemencia, y sin duda posible, como la solución definitiva o la panacea a todos nuestros males.

Me refiero obviamente a los ¨líderes¨ de las franquicias que hacen vida en el seno del G4, y sus aliados de los otros grupos menores.

Todos los días lanzan a un nuevo candidato presidencial (ya son como 40), y sin rubor se presenta como el verdadero, el genuino, el auténtico. No tienen el más mínimo recato, ni la humildad de pedir perdón por todo el daño causado. Son incapaces de reconocer sus culpas, ni de aceptar que por sus reiterados llamados a la abstención; invasiones; sanciones; golpes de estado, hoy el país sigue sumido en una pavorosa crisis.

Fueron los artífices de las sanciones contra los venezolanos, y cuando gobernaron la Asamblea Nacional, no rindieron ningún beneficio. Hoy el país padece las miserias de un gobierno cruel; mediocre; corrupto, y ruin, con una oposición autodenominada ¨legítima¨ que ha resultado peor que lo que dice combatir.

Hoy el país sigue padeciendo la falta de electricidad; de agua; Metro, y de todos los servicios básicos que pudieron haber sido gestionados desde la AN en conjunto con el gobierno, pero ambos son miserables. Del gobierno ya lo sabíamos, no así de los que aspiraban  sustituirlo.

La corredera que tienen con la llegada del gobierno de Petro en Colombia, los hace más veloces en la huida que Usain Bolt, el multicampeón olímpico, pero afortunadamente la memoria de los ciudadanos es  consistente y no olvida sus tropelías.

Ya ninguno recuerda sus vínculos con Monómeros; Citgo, o la multimillonaria ayuda humanitaria, y mucho menos que invocaron frenéticamente la necesidad de una invasión militar extranjera a Venezuela; embargos comerciales; bloqueos navales, y hasta guerra de cuarta generación, es decir, terrorismo para ¨derrocar¨ a Maduro.

Todos se han aprovechado del dinero de la ayuda humanitaria para vivir como reyes, sin trabajar, pero el único corrupto en el mundo es el gobierno de Maduro. Mientras los venezolanos dentro del país padecen el agobio diario de la crisis, y los exiliados pasan trabajo, ellos viven disfrutando de grandes recursos económicos y extraordinarias condiciones de vida diciendo mentiras.

Ya Maduro no encabeza una dictadura, y en consecuencia se puede votar; se les olvidaron los clichés, o están contratando ¨creativos publicitarios¨ para desarrollar unos nuevos?

Qué cambió en cuanto a las condiciones del país que ahora todos quieren ser candidatos y además organizan un torneo interno llamado primarias para seleccionar a su reina de carnaval? Por cierto, ya todos saben quién es.

La intención parece clara. Se saben derrotados por sus propias inconsecuencias, pero fingen trabajar para presentar a los venezolanos una alternativa. Mentira, pues lo único que pretenden es seguir disfrutando de la ayuda económica para mantener la nómina  de sus afiliados.

Un par de ellos, los más extremistas, en la desesperación por verse en el subsuelo de las encuestas, y el abierto rechazo de la gente, optaron por decir que si acaso habían cometido errores, había sido de ¨buena fe¨. Vaya cinismo e hipocresía!

No tienen salvación, ni remedio. Lo único que pueden hacer luego de su estruendoso fracaso de más  de dos décadas, es retirarse porque de lo contrario la indiferencia de la gente los va a sacar del juego.

Deberían dejar la megalomanía y contribuir con algo positivo, súmense a la construcción de un programa de gobernabilidad y estimulen el consenso de un líder de transición que pueda ganar y gobernar en paz para todos.

No tienen más alternativa.

@romanibarra

 

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