Tres caricaturistas latinoamericanas

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Las artistas van logrando un espacio de reconocimiento en un medio donde aún predominan sus colegas varones. “Al sistema patriarcal no le gusta mucho dejar que nuestra voz se oiga”, sostienen.

“Una figura de poder pesa más que muchos niños”, sostiene la autora María Centeno respecto a su caricatura sobre los escándalos de abuso sexual de sacerdotes contra la infancia.

Lo de estas mujeres es dibujar, y decir mucho con pocos trazos. Esto es lo que hacen las caricaturistas, que se han ganado un lugar de reconocimiento en un medio aun dominado por sus colegas varones.

Una de las caricaturistas destacadas en Latinoamérica es Cintia Bolio, para quien este arte encierra una mezcla perfecta entre la profundidad y la belleza. “Lo que me gusta de la caricatura es su espíritu irreverente, que invita a la reflexión a través del humor y la belleza gráfica”, dice a DW la caricaturista mexicana Cintia Bolio. Y compara: “es el periodismo que juega y que educa”, “y como profesión, es un placer personal y catártico”.

 

 

María Centeno, caricaturista venezolana

“La caricatura es una recompensa inmediata”, sostiene, asimismo, su colega venezolana María Centeno. “Y, además, a diferencia de otras disciplinas, con ella incides más directamente en los asuntos del mundo”, agrega la también arquitecta y artista visual.

Según la artista argentina Marlene Pohle, la materia prima de sus creaciones está en lo cotidiano, en lo que pasa desapercibido. “La Humanidad toda, a pesar de las guerras, las migraciones, las enfermedades, tiene -a mi modo de ver- un dejo de absurdo, de ironía, de pretender una cosa y ser otra”, analiza la caricaturista. “Me gusta observar a quien no se sabe observado, quien chatea en un café, quien se aburre en un aeropuerto, quien toma sol en la playa, gente anónima que va y viene, y plasmarlos con pocas líneas en un papel”, cuenta a DW Pohle desde Buenos Aires.

“Trato de transmitir mi visión del mundo, mi angustia por el modo en que los seres humanos vamos hacia la autodestrucción. Y mi indignación por las injusticias hacia las mujeres, hacia la infancia, hacia los migrantes”, apunta, en tanto, Centeno.

 

 

Cintia Bolio, caricaturista mexicana

Al igual que en la mayoría de las áreas, la presencia femenina continúa siendo menor en comparación con los hombres. No obstante, María Centeno destaca que “cada vez hay más mujeres haciendo humor gráfico”. “La razón por la que hay menos mujeres, es la misma por la cual también hay menos directoras de orquesta y menos presidentas: el patriarcado que respiramos hace miles de años”, contextualiza Centeno, y en ese sentido apunta a que “el humor gráfico implica opinar sobre la sociedad, y al sistema patriarcal no le gusta mucho dejar que nuestra voz se oiga”, explica.

Desde la misma vereda se expresa Cintia Bolio, para quien “el humor es indicativo de inteligencia y, de acuerdo a los roles de género, las mujeres debemos ser sumisas, no pensadoras, no confrontativas, y menos a carcajadas”. Esto porque, según esta caricaturista mexicana, “vivimos en el patriarcado, y se refleja en la idea de que las mujeres no debemos criticar al poder, casi enteramente en manos de hombres, y mucho menos burlarnos de él”.

Equilibrio entre forma y contenido

Lograr la amalgama perfecta entre forma y contenido parece ser el objetivo final de los caricaturistas en general, pero decirlo es más fácil que lograrlo porque un mensaje potente puede ser más importante que la belleza del dibujo. Así lo evidencian estas artistas gráficas latinas.

Para María Centeno, “lo más relevante es el mensaje. Y si, además, (la caricatura) está bien realizada, pues perfecto. Pero el contenido es lo principal”, sostiene Centeno desde Caracas. “Una hermosa caricatura que defiende al machismo, a la homofobia o al racismo, para mí no vale nada”, ejemplifica.

 

 

Marlene Pohle, caricaturista argentina

“A veces no importa tanto el grafismo como el mensaje: la ironía de la intención, el tirón de orejas a quienes nos gobiernan o mal gobiernan, o quienes nos manipulan y quieren vender cosas invendibles, en sentido metafórico o real”, coincide la argentina Marlene Pohle, quien vivió más de dos décadas en Alemania, donde fundó la Federación de Caricaturistas, FECO, y de la que en la actualidad es su vicepresidenta. Y agrega: “las caricaturas son una forma de ver la vida, donde se unen la agudeza visual, la filosofía, el lograr un buen dibujo luego de mucho pensar y desechar ideas y, sobre todo, pasarla bien. Si no te diviertes, no vale la pena”.

También para la artista venezolana María Centeno, reírse es cosa seria: “Las caricaturas son mi manera de opinar sobre el mundo y sus claroscuros”, indica. “En el fondo, quisiera cambiarlo todo y enderezar tantos entuertos”, continúa. “Pues hago lo que puedo, desde un papel o una computadora y unos cuantos trazos”, revela satisfecha.

DW

 

Traducción »

Sobre María Corina Machado