Donald Trump ha sufrido este martes la que probablemente sea su derrota electoral más dura desde que perdió las presidenciales de 2020. Y ha sido, precisamente, contra el gobernador de Georgia, que rechazó hacer trampas para darle la vuelta al resultado electoral. El entonces secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, que se negó a “encontrar” los votos que le pedía Trump y se había convertido en otra obsesión del expresidente, también ha ganado. Trump buscaba venganza, pero ha fracasado.
El expresidente lanzó una campaña de acoso y derribo especialmente contra Brian Kemp, el gobernador actual, de 58 años, que busca revalidar su cargo en las elecciones de noviembre. De él ha dicho que es un “total y completo desastre”, que es un “cobarde”, que le hizo perder las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia (fue el primer republicano derrotado desde 1992) y que también hizo perder el Senado a los republicanos, sugiriendo que permitió el fraude en ambos casos.
El País de España