Apenas han pasado dos semanas desde que el pueblo democrático de Barinas dictó una importante cátedra política; quizás ha sido ese evento la más trascendente lección que haya recibido el pueblo venezolano en lo que va de siglo XXI. Se trata de la repetición de la elección de su gobernador, a la que fueron sometidos los ciudadanos barineses, después que ya tenían a su mandatario regional legalmente electo.
Quienes se asociaron para delinquir electoralmente, léase los cinco poderes públicos nacionales y quienes se prestaron para que tan grave delito se cometiera, fueron los primeros sorprendidos con la reacción de los llaneros despojados de su triunfo; intentaron los reos de la inconstitucionalidad e involucrados en la acción criminal contra los electores de Barinas, que éstos se frustraran y, como consecuencia, se abstuvieran. Calcularon demasiado mal y la reacción de la gente se tradujo en una aplastante derrota para los confabulados. Pero la trascendente decisión de los barineses, también golpeó en la médula a las cúpulas nacionales de las organizaciones partidistas que habían ordenado votar contra el nativo y líder de Barinas, el señor Garrido, quien resultó favorecido con el sufragio masivo de su pueblo. Incluso quedó demostrado que una elevada cifra de electores oficialistas le dio la espalda al candidato del régimen, a quien consideraban un intruso.
Visto así el asunto es fácil deducir que Barinas rompió el patrón que prevaleció en las elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre del pasado año 2021. En primer lugar los militantes partidistas del Estado llanero, tuvieron la osadía, posiblemente patriótica y democrática, de aprovechar el secreto del voto para ejercer este derecho a conciencia. Esta acertada conducta ciudadana también es un llamado a las cúpulas de los partidos políticos a nivel nacional, para hacerles saber que están actuando equivocadamente; que lo hicieron el 21 de noviembre y lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo.
Finalmente los efectos de esta lección de Barinas, es una oportuna campanada para todos los electores del país, en función de que éstos voten conscientemente por los candidatos que, en cualquier parte del país, tienen más posibilidades de derrotar las fórmulas electorales del régimen. ¡La lección de Barinas deberá ser el espejo político en los tiempos venideros!
Educador / Escritor – urdaneta.antonio@gmail.com – @UrdanetaAguirre
