Luis Alonso Hernández: Ilumina, sabiduría y futuro

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Cuando el ingeniero Giovanni Nani Ruggeri soñó a la Universidad Arturo Michelena, la visualizó como una casa de educación superior de vanguardia, capaz de dar respuestas a la juventud de la región central del país, con carreras tradicionales y otras cuya oferta era inexistente en la zona, entre ellas Fisioterapia, Imagenología, Psicología y Comunicación Social.

Además, edificó una institución cuya fortaleza radica en su gente y en los valores que profesan, por esta razón podemos afirmar que la UAM llega el próximo cinco de noviembre a su vigésimo aniversario,convertida en un campus que irradia ciencia y tecnología, pero también solidaridad, ética, compromiso con el país y la humanidad en general.

En lo particular es una fecha que me llena de júbilo. Me formé como profesor universitario en la UAM desde el primer día en que se iniciaron actividades académicas; gracias a un llamado hecho por el propio rector fundador Giovanni Nani Ruggeri, cuando este servidor cubría la fuente universitaria en El Carabobeño.

Con los años, se fue estructurando un equipo que combinó experiencia y juventud, fórmula que Nani Ruggeri empleaba para garantizar el éxito en proyectos educativos que redundaran en beneficios para la sociedad en general. Nos motivó a entregarnos con pasión a la educación universitaria y hoy mantenemos ese legado, de la mano de sus hijos y del rector Carlos Herrera, académico de dilatada trayectoria en el ámbito nacional.

Hablar de los 20 años de la UAM es pasearse por una historia que involucra a miles de egresados en todas las áreas; cientos de docentes y personal administrativo. También de los vínculos con la comunidad y el Centro Clínico Universitario; de una novedosa oferta de Postgrado; de sus congresos y jornadas, entre ellas las de Comunicación Social, realizadas ininterrumpidamente desde 2009.

También de convenios con instituciones de diversa índole y de producción de conocimiento, gracias a la reactivación de dos de sus centros de investigación: CIFACES y el Centro de Ciencias de la Salud, ratificando la afirmación del rector fundador en una de sus entrevistas: “Nacimos para aportar, no para competir”.

También es hablar de hombres y mujeres entregados al quehacer educativo. Algunos ya no están con nosotros pero dejaron una huella imborrable en nuestro campus de la Cumaca. Hoy quiero recordar a dos de estos académicos que se convirtieron en consejeros y modelos a seguir por los más jóvenes: el propio ingeniero Giovanni Nani Ruggeri, carismático, solidario y comprometido y el doctor Darío Sánchez Medina, ex decano de Ciencias de la Salud, buen conversador, disciplinado y meticuloso.

Y así es. La UAM se convirtió en una institución que suma y sigue apostando al futuro del país y el mundo, a pesar de los tiempos difíciles que enfrentamos. Se resiste al oscurantismo y se erige como un faro que guía y forma profesionales con firmes principios y valores, que les permitan desenvolverse con éxito en el plano personal y profesional, en un mundo global caracterizado por la tecnología, la diversidad y el multiculturalismo, pero también por el caos y la incertidumbre, contexto en el que es necesario el desarrollo de un sólido pensamiento crítico, que oriente en la toma de decisiones y en la deconstrucción  de categorías impuestas por las hegemonías. Esta es nuestra misión de todos los días y centramos el trabajo en esa dirección.

Felicidades y larga vida a nuestra Universidad Arturo Michelena.

 

Traducción »

Sobre María Corina Machado