Maryclen Stelling: Política y afectividad

Compartir

 

La interpretación y reacción a nuestro último artículo “La despolarización de la palabra”, que apuntaba originalmente al reencuentro y al dialogo, nos condujo a la dimensión del afecto, específicamente al plano de la emocionalidad política.

Sin que fuera la intención inicial, nuestro planteamiento nos trasladó al terreno discursivo de la relación binaria “ellos y nosotros”, que aún prevalece en algunos sectores y que, además, los activa política, afectiva y comunicacionalmente. Suerte de dependencia, a partir de la cual se perciben y reconocen, se comunican y actúan aferrados al eje Gobierno-oposición. Relación política en la que predomina una emocionalidad cargada de significado político o una lógica política teñida de subjetividad, desde donde se funden y confunden las razones políticas con la afectividad y viceversa. Predomina entonces una clara relación político-emocional que dota de sentido tanto a la realidad como a la comunicación y por ende a toda construcción discursiva. Desde esa afectividad cargada de significado político, se define a los protagonistas y antagonistas y, por supuesto, se identifica a los buenos y los malos; se interpreta la realidad, se construye el relato y, además, se plantea un objetivo político, como por ejemplo la categorización negativa del otro y su eliminación simbólica o real. Plano político-afectivo que debemos abordar, por cuanto juega un papel central en el reencuentro y reconocimiento, antesala del dialogo y del proceso negociación.

Estrategia político-afectiva que perdura y moviliza a determinados sectores, desde una perspectiva política, psicológica y comunicacional. Ámbito donde sobrevive y se promueve el rechazo y descalificación del “otro”, del desprecio y en ocasiones hasta del odio. Nuestra propuesta sobre la despolarización de la palabra que a su vez conduce a la despolarización de las emociones, nos coloca inevitablemente en el terreno de la emocionalidad cargada de significado político. Es necesario por tanto, reconocer la estrecha relación de la dimensión afectiva con el plano político y la construcción discursiva de lo político.

Complejo espacio político-emocional desde donde fue leído e interpretado nuestro análisis.

@maryclens

 

Traducción »

Sobre María Corina Machado