El presidente de Datincorp, Jesús Seguías, aseveró este domingo que el liderazgo político debe darse cuenta de que la única salida que queda en Venezuela es la electoral, con elecciones libres, y que eso pasa por una negociación con el chavismo.
Guaidó, MCM y Ledezma deben darse cuenta que la única unidad posible y la única vía es la electoral
En entrevista concedida a ND, Seguías insistió que Guaidó debe abandonar la ruta del cese de la usurpación y aceptar que esta no funcionó. A la vez que insistió en que el 88% de los encuestados no apoya al líder opositor porque no logró lo que prometió, a pesar de haber tenido el mayor apoyo económico y político que jamás había tenido político alguno de oposición.
Consideró además que la salida a las crisis que vive Venezuela solo pasa por una negociación entre ambos sectores y con la participación, esta vez, de las cuatro grandes potencias: EEUU, EU, Rusia y China.
– Con base en los resultados de la última encuesta de Datincorp podría explicarme, ¿por qué Guaidó tiene menos aceptación entre los venezolanos que Maduro?
– La razón por la cual Guaidó tiene más rechazo es porque además del rechazo de los chavistas y de un alto porcentaje de los no alineados, tiene un alto rechazo de quienes se definen como opositores. El 61% quiere que Guaidó se aparte y dé paso a otros dirigentes porque Guaidó tiene dos años de haber prometido que Maduro saldría de inmediato.
-Guaidó tuvo el mayor apoyo económico y político que jamás había tenido político de oposición alguno, de paso tuvo dos intentos de golpe de Estado y no pasó nada. No se organizaron, partieron de falsas premisas y eso se paga en política.
– Maduro tiene, por su parte, un altísimo rechazo por parte de quienes son opositores, de los no alineados, pero tiene el apoyo del chavismo. El chavismo está más nucleado en torno a Maduro que la oposición venezolana en torno a Guaidó.
¿Por qué usted dice usted que Guaidó ya no tiene carta blanca de la comunidad internacional?
– Guaidó tuvo un apoyo total y absoluto por parte de EEUU, a través de Donald Trump. Una vez que pasaron dos años y Donald Trump fracasó en sus estrategias contra Maduro, también fracasaron Guaidó y Leopoldo López.
– La tesis que impulsó Guaidó no funcionó y ahora la comunidad internacional tiene la obligación de reconsiderar sus apoyos o por lo menos condicionarlos. Con toda seguridad, toda la comunidad europea, EEUU y la comunidad latinoamericana saben que no es posible expulsar a Maduro por la vía de la fuerza, por tanto Maduro seguirá allí mientras no haya elecciones y para que hayan elecciones debe haber negociaciones y eso pasa por elegir un nuevo CNE, un nuevo cronograma electoral y cambios en el sistema. Con base en esto, las elecciones presidenciales no podrán ser antes del 2022.
– Lo más cercano sería un referéndum que podría activarse en enero de 2022. Ya sabemos que Guaidó no puede seguir impulsando la tesis del cese de la usurpación, debe reconsiderar eso porque la comunidad internacional no lo acompañará en esa posición. Él (Guaidó) evade responder si fue un error el mantra que instauró en enero de 2019. No ha dicho que eso hay que cambiarlo y mientras no lo diga, la comunidad internacional lo estará presionando para que cambie su posición. De lo contrario tendrá muchas dificultades para mantener el apoyo que ha tenido.
– La nueva ruta apunta a negociaciones para un desenlace pacífico y electoral a la crisis política venezolana.
En que cree usted que cambiará la política de EEUU hacia Venezuela durante el período de Biden, tras el pronunciamiento de Antony Blinken
-En política internacional siempre hay que saber leer entre líneas. Cuando el nuevo secretario de Estado dice que en primer lugar ratifica la posición que tenía EEUU con Trump y que siempre han mantenido ambos partidos demócratas y republicanos de que Maduro es un dictador. Eso no es nada nuevo, siempre hubo coincidencias en calificarlo como dictador, ambos reconocían a Guaidó como presidente de la AN y presidente interino. En tercer lugar, las sanciones van a continuar solo que ahora llevan un propósito distinto al de Donald Trump.
-Trump aplicó sanciones para provocar el cese de la usurpación, provocar la salida de Maduro del poder. Obviamente eso no es posible porque Nicolás Maduro forma parte del club de jugadores políticos duros del mundo como Corea, Irán, el gobierno de los Castro en Cuba. En fin, Nicolás Maduro forma no parte de una escuela política como la de Fernando de la Rúa quien, con unas simples manifestaciones, puso el cargo a la orden.
– Trump reconoce que Maduro es un jugador duro y debieron cambiar la estrategia y no lo hicieron. Trump siempre vio el caso Venezuela como parte de su narrativa electoral, no le importaba mucho y jamás estuvo sobre la mesa el tema militar. Solo quería ganarse los votos venezolanos y cubanos para garantizar su victoria; y eso lo logró.
– Pero, desde 2019 cuando fracasó el 30 de abril ya estaba definido que Maduro no saldría por la fuerza, porque con las sanciones aunque son más severas de las de Cuba y el apoyo internacional que recibió la oposición venezolana. Al no salir Maduro había que cambiar la estrategia y ahora le toca a Biden hacer el viraje estratégico. Ahora van a apuntar a sinergias con Europa, el Vaticano, Grupo de Lima y Canadá para forzar las negociaciones.
Muchos apuestan a la negociación, pero ¿Quién dará el primer paso? ¿Cuáles son las garantías de que Maduro respete y cumpla con los acuerdos cuando antes no lo ha hecho?
-Cuando hay negociaciones existe un interés mutuo. Si algunas de las partes no ve interés ni incentivos, la negociación no se produce. Si en este momento se habla de negociación es porque ambos lo necesitan y tienen razones para sentarse a negociar y empezara el juego de posiciones, donde cada quien hace sus peticiones exigencias sus consideraciones y empieza el juego que generalmente siempre se hace a puerta cerrada y con micrófonos apagados.
– Creo que ambos factores ya están negociando de manera informal. Ya se hacen los primeros acercamientos, Noruega es un factor importante. Creo que El Vaticano se va a incorporar, y ahora Europa y EEUU, van a marchar juntos ya no es como antes cuando Trump era el líder del proceso.
– ¿Por qué Maduro debiera respetar lo acuerdos? A diferencia de Barbados y República Dominicana, los países garantes de esos acuerdos son países pequeños sin poder vinculante para que se cumplieran los acuerdos, eran pequeños países que tenían buena voluntad pero no tienen el poder para forzar a Maduro y a la oposición a cumplir obligaciones…
– Ahora en esta nueva realidad. Se crean condiciones para que los garantes sean las cuatro grande potencias del mundo: China, Rusia, comunidad europea y EEUU; además del Vaticano. No es cualquier cosa. Es un acuerdo de alto nivel y estos debieran ser garantes porque será muy difícil que alguno viole los acuerdos.
– Son condiciones muy distintas y extremadamente diferentes a hace un año o dos, porque la pandemia está generando una agudización severa del planeta y esto es un nuevo cuadro donde conflictos están de más, son peligrosísimos. Nadie puede salir ganando y entrar en un estado de anarquía si se da la disolución de la nación, eso es indeseable.
– Venezuela como está no le sirve a ninguno. Ambos tienen razones de peso para negociar y buscar salida a las siete crisis: la política, económica, de servicios públicos, social, emocional, ética y de la pandemia. Ningún país tiene esas siete crisis de forma simultánea.
La abstención marcó el 6D, ¿qué razones motivarían a los venezolanos a asistir a las urnas, cuando el 51% se declara independiente de los partidos?
– No solamente la abstención fue inmensa el 6 de diciembre, sino el 12 de diciembre, de acuerdo a las cifras de los organizadores del evento opositor que sostuvieron, la Consulta Popular, en la que votaron 3 millones 200 mil venezolano. Ese es el 15% de la población. Es, sin duda alguna, una pobre participación en forma activa. Ellos dicen que lo hicieron por internet, pero hay que comparar peras con peras, no con mangos, porque el 6 de diciembre no hubo votación en el exterior, esa es la comparación correcta: quiénes votaron en el país.
– Para que los venezolanos puedan acudir a votar de nuevo debe haber una modificación del CNE, deben modificar la junta directiva, un CNE equilibrado, confiable para que se rescate la confianza del venezolano. Si hay algunos cambios en el CNE, pero no es equilibrado será más complicado que se genere confianza.
– Con una buena campaña que diga que sí es posible ganar con ese CNE como en 2015, cuando la oposición arrasó en las parlamentarias con ese CNE mayoritariamente chavista y se hicieron miles de triquiñuelas y se ganó una victoria. Que el TSJ desconoció los resultados y los tres diputados de Amazonas fueron inhabilitados es otra cosa… Las negociones deben tener como parte de los acuerdos el respeto a los resultados. Esto será un escenario completo y que se genere una confianza en el voto.
– Yo creo que habrá acuerdos importantes. Estimo que pueden haber condiciones para rescatar el voto, porque sino seguirán las sanciones y ese será parte del juego. Estimo que se pueden obtener resultados positivos para todas las partes.
– 51% de los venezolanos es independiente. Ese es otro fenómeno distinto al tema electoral. Es un tema que tiene que ver con el liderazgo individual y colectivo. Los venezolanos están decepcionados de los partidos, están decepcionados de los líderes. El nivel de confianza en el liderazgo es de 10%. Apenas confían en los partidos y aparte, la mayoría de quienes confían son adeptos al chavismo.
– Si la mayoría de los opositores, la inmensa mayoría y no alineados no confía totalmente en los lideres pese a que militen en esos partidos, hay un descontento hasta en los propios militantes. Esto es parte de la crisis que va más allá del chavismo, la oposición es parte del daño que tiene la estructura política y le corresponde a los políticos dar respuestas a ello.
¿Es un mesías la solución a la decepción o lo es la unidad?
-Por razones de principios políticos y de la política del siglo XXI los mesías están demás. Es una realidad del pasado. No aplican. Puede haber un liderazgo, pero creer que la gente va a seguir a ciegas a cualquiera que se convierta en un líder mesiánico no es la tendencia mayoritaria y en Venezuela la solución pasa por un liderazgo colectivo.
-Seguir resucitando o inventado mesías o caudillos sería un gravísimo error. Los venezolanos no están para creer en caudillos. Guaidó hace dos años tenía el apoyo inmenso de la mayoría de los venezolanos y por no dar resultados se vino abajo. Los venezolanos quieren políticos que respondan a los hechos, y si no responden podrán tener muy buenas intenciones de mesías, pero nadie te va a acompañar porque los venezolanos han cambiado mucho su pensamiento.
– La unidad no es un fin en sí mismo sino la manera de fortalecer un propósito y un objetivo. La unidad es importante porque los factores están debilitados y tienen la obligación de actuar unidos en función de un propósito común. Si no hay un propósito común la unidad es ficticia, como ha ocurrido anteriormente.
– En el caso del 2015, donde la oposición ensayó una unidad casi perfecta y por eso obtuvo ese resultado, pero del resto marchado el vaivén de los intereses particulares de algunos dirigentes, porque ni siquiera de los partidos sino que son dirigentes que obedecen a dirigentes particulares, porque no tienen liderazgo colectivo. Los partidos quedaron reducidos a una plataforma para convertir a mengano o a zutano a que sea el presidente de la república y eso no es un partido político.
-Eso es parte del daño estructural que están padeciendo los partidos políticos de Venezuela y la oposición. La unidad pasa en primer lugar, por un acuerdo común y creo que ya nos estamos aproximando. Ya nadie discute eso, aparte de María Corina Machado o Antonio Ledezma.
-La mayoría de la oposición y creo que Juan Guaidó lo está entendiendo o lo tendrá que entender, que la salida es negociada y a través de elecciones. No hay más salida que esa y cuando eso se defina pasaríamos a un objetivo común: estaríamos remando en una misma dirección y se impondrá la sabiduría para no seguir cometiendo errores.
-Ya está bueno de 20 años de derrotas. Las poquitas victorias han sido electorales, todas las demás han sido fracasos, con un debilitamiento consecuente muy grande de la oposición porque después de cada insurrección solo hay heridos, muertos y menor poder. Si tenemos este propósito común que es negociar para una salida electoral, yo creo que eso ayudara mucho al país en general. En el propio chavismo las cosas se están decantando, los extremistas están quedando en minoría y están en otra onda y eso es positivo y creo que vamos por buen camino pero ojala no nos perdamos de nuevo.