Guillermo Garcia N.: Dolarizar; Solo faltan los salarios

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A pesar de los innumerables aumentos del salario mínimo que, en ocasiones hasta cuatro en un año, la hiperinflación y devaluación convierten cualquier aumento en sal y agua. Debido a la hiperinflación que vive el país, los ajustes salariales no representan ningún beneficio para el trabajador. Con estos niveles de hiperinflación no hay ningún aumento salarial que pueda proteger el poder de compra del salario. Esto ha llevado que el bolívar se ha pulverizado y la hiperinflación hace estragos en la mayoría de los venezolanos.

El gran drama que vivimos los venezolanos es que los costos y precios se encuentran fijados en dólares del mercado paralelo, mientras los ingresos y salarios están en bolívares devaluados sin ningún poder de compra por la hiperinflación. En consecuencia, para poder equilibra la ecuación habría que dolarizar los salarios y para ello la implementación de un esquema de dolarización formal y plena de la economía venezolana como lo he venido planteando desde hace 6 años. Los venezolanos perdieron la confianza en el bolívar como moneda.

Algunos diputados y sindicalistas vienen haciendo público desde hace un tiempo una propuesta de dolarizar los salarios de los empleados y trabajadores para poner fin al deterioro del poder de compra del bolívar. Lamentablemente, estos diputados y sindicalistas cuando se refieren a dolarizar los salarios están refiriéndose a “indexar los salarios al tipo de cambio del mercado paralelo´´. Lo planteado, no es lo que se denominaría una dolarización del salario dentro de un esquema de dolarización formal y plena de la economía venezolana.

Lo que se está planteando con esta propuesta es una indexación del salario al tipo de cambio del mercado paralelo al momento del pago de los salarios correspondientes. Con dicha medida lo que se esta es tratando es de apagar el fuego de la hiperinflación lanzándole gasolina. Lo que va a producir es una mayor explosión hiperinflacionaria sin control, con registros de 6 dígitos. Estos políticos y sindicalistas están confundiendo a los ciudadanos cuando les hacen creer que se está planteando una dolarización plena de la economía, cuando en realidad es otra cosa y muy perjudicial, como es aumentar la impresión y stock de bolívares sin ningún control ni respaldo, expandiendo la base monetaria y la liquidez, en una economía con gravísimos desequilibrios macroeconómicos y microeconómicos y con una producción industrial en un 30% de sus capacidad instalada, lo que augura un agravamiento de la situación actual y aun mayor deterioro de la capacidad de compra del bolívar y mayor pobreza.

Comparación de salarios mínimos. Para poder comparar y tener una idea clara de la tragedia en Venezuela, veamos el ingreso de salario mínimos en la región latinoamericana y Centro América al 2020: (*) Panamá un salario de US$ de 268,00; Argentina: US$ 241,00; Chile: US$ 450,00; Uruguay: US$ 422,00; Ecuador: US$ 400,00; Guatemala: US$ 384,00; Paraguay: US$ 371,00; Brasil: US$ 205,00; Bolivia US$ 308,00; Perú: US$ 258,00; Colombia: 261,00 + $106,45 subsidio de transporte; México: US$ 217,00.

He planteado un esquema para establecer la dolarización plena en el país, con la posibilidad de un salario mínimo de alrededor de US$ 100,00 a US$140,00 mensual. También he ofrecido un esquema para generar un mayor nivel de dólares utilizando activos, que aunados a las reservas del BCV permitan una dolarización formal de la economía.

La dolarización formal y plena acaba con la escasez y la inflación

Al establecerse un esquema de dolarización formal y plena el riesgo devaluación desaparece, lo que alentará la inversión extranjera y nacional de largo plazo por la estabilidad monetaria y baja inflación (un dígito) que se genera, y potenciará fuertemente la posibilidad de inversiones agroindustriales, agrícolas y de manufactura de los países de América Latina, Estados Unidos y Europa.

La apertura del mercado ya sin el riesgo cambiario, incrementará sustancialmente la oferta de productos tanto manufacturados en Venezuela, como de exportaciones de otros países que les interesará vender en Venezuela sus productos aprovechando el arbitraje de precios relativos que resultará en la primera etapa de la implementación del esquema. Ese diferencial de precios inicial se irá cerrando rápidamente por efecto de mayor oferta y competencia de producción de las empresas privadas venezolanas, con altísima capacidad ociosa actualmente, lo que augura un crecimiento inmediato de la producción una vez se establezca el esquema, ya que el tema de importación de materias primas e insumos deja de ser un problema, sobre todo si se consolida un ambiente de baja inflación, y de confianza.

La dolarización, no es la fórmula mágica para resolver los problemas económicos del país, pero logrará, a corto plazo, una estabilidad monetaria que incluye una reducción drástica de la inflación a nivel de un dígito, tasas de interés bajas, y de la incertidumbre para invertir. Se recuperará el ahorro y el patrimonio de los venezolanos y la capacidad de compra del salario se recuperara rápidamente.

Asesor Financiero – ggarcia@fintechvalores.com – @fintechvalores – @asesorfinaciero

 

Traducción »

Sobre María Corina Machado