Luis Bravo: Hay que impedir la pérdida del año escolar 2020-2021

 

La iniciativa Capriles,  acompañada por Stalin González y Vicente Diaz, urgiendo  al retorno al voto como forma de conectar la política con las necesidades de la gente, sacudió de raíz la pereza propositiva de quienes confrontan al autoritarismo devenido en totalitarismo.  Sin entrar en las profundidades de sus bondades y miserias o atacar un debate mediático tipo ¿quién tiene la razón?, es de reconocer que la propuesta abrió posibilidades insospechadas para el retorno al carril democrático de la lucha democrática. Eso sí,  hay que considerar que Guaidó y los partidos democráticos que lealmente lo acompañan,   también juegan y tienen mucho que ganar si entran en la ruta de la negociación de cara a la opción  electoral. Recule o no Capriles,  ya el daño está hecho al aventurerismo que todavía campea en la oposición venezolana.

Algo parecido se necesita en la Gestión y la Política Pública de la Educación para encontrar una opción viable que impida la pérdida del año escolar 2020-2021 para para las mayorías y siga aumentando la  brecha cultural  que separa los circuitos de escolaridad de la precariedad y de la excelencia. Mucho puede ayudar en tal cometido el trabajo hecho por la Línea de Investigación Memoria Educativa Venezolana (EE-FHE-UCV) para caracterizar el desarrollo del año escolar 2019-2020,  tal cual se explica en esta dirección: Una aproximación a la dinámica más básica del Sistema Escolar Venezolano útil para evaluar el éxito o fracaso del año escolar 2020-2021

812 Sábado 05 al viernes 11 de septiembre / Memoria Educativa Venezolana, paso a paso

 

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