José Ángel Borrego: Uribe entre jueces venales

Compartir

 

Álvaro Uribe fue quien propuso (y le fue aprobada) la reelección presidencial en Colombia, reeligiéndose con mayor apoyo ciudadano. Desde que transformó a Medellín en una ciudad vivible, moderna, pujante y liberada del yugo de narcotraficantes, se colocó en el ojo del huracán para los malos y para los que se las dan de buenos. Si algo puede reprochársele es no haber olfateado al verdadero Juan Manuel Santos e impulsarlo con su alma hasta hacerlo presidente. Pero esa audacia de algunos jueces de condenarlo (es lo que se ha hecho) por delitos ajenos a su responsabilidad tiene el solo propósito de bajarle el copete al uribismo aunque podría resultar un boomerang. Otro punto: Uribe no fue nuevamente reelecto porque él como demócrata lo quiso así. De proponérselo habría ejercido por tres períodos.

La izquierda alicaída en el continente no cede en su afán por encontrar rendijas para colar a un sujeto que aliado con la actual Venezuela acabe con Colombia. Y el chavismo pese a los mermados recursos del gobierno posee fuentes “propias” que han sido construidas con el saqueo de estos últimos 20 años que podría superar los 500 mil millones de dólares. Eso alcanza para tumbar gobiernos, imponer comunistas de nuevo cuño y arruinar a la nueva víctima mientras en el interín acuña la economía de Cuba y los bolsillos de cubanos del entorno de Raúl Castro.

Los carteles de la droga son muy poderosos. Ya lo demostró Pablo Escobar quien compró una senaduría con votos influenciados por drogas, dólares del narcotráfico, muertos ejemplarizantes y toda una gama de delitos de lesa humanidad. Y Escobar apuntaba a la presidencia que habría logrado de haber sabido escuchar más que parlotear estupideces sobre política, materia que desconocía absolutamente, gracias a Dios.

Los narcos no fueron barridos de la faz de Colombia. Muchos se replegaron y otros pactaron con carteles mexicanos para revivir el criminal negocio. Junto a las antiguas FARC y el actual ELN transitan a sus anchas y ganan mucho dinero. El suficiente para comprar jueces venales como los que levantaron su mano para penalizar a Uribe. Pero al menos en Colombia la justicia aún dispone de magistrados probos y más pronto que tarde la Corte revisará su propia sentencia; y Uribe, en libertad, recurrirá hasta no sabemos dónde. Ignoramos si en Colombia, como aquí en Venezuela, los jueces son sagrados aunque yerren exprofeso como aquí en Venezuela. Como lo hicieron ocho jueces penales y venales decidiendo en materia electoral por órdenes de Diosdado Cabello y aplicando la pena capital al Revocatorio que Maduro perdía al menos cuatro a uno. En caso contrario, si los ciudadanos afectados pueden solicitar la imputación de jueces venales por sus actos venales, como debería ser, que se preparen los cuatro sujetos que confinaron a Uribe en su casa y no por cuarentena radical.

 

Traducción »

Sobre María Corina Machado